<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=621166132074194&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
sábado. 07.06.2025
TRIBUNA EDUCATIVA

Una crítica a la reproducción ideológica en la publicidad

Necesitamos tu ayuda para seguir informando
Colabora con Nuevatribuna

 

Como en casi todos los temas conflictivos, sean de la infancia o la adolescencia, de la juventud o la longevidad, la visión que predomina en esta sociedad teñida por la ideología neoliberalindividualista y negacionista de la esencia social de los seres humanos, es la visión centrada en la mirada individual.

Me interpela de forma profunda cuando escucho los mensajes publicitarios, bien intencionados sin duda, de las campañas contra el acoso escolar y con la colaboración de un producto de consumo joven. Toda la trama, todos los mensajes de adultos o de iguales, se reducen a señalar problemas de autoestima, de timidez o de falta de valor de quien sufre el bullying: Eres único, tú vales, te necesitamos, tú puedes

Sin embargo, sin pretensiones técnicas, la definición a la que puede acceder cualquier persona interesada en internet dice: 

El bullying o acoso es la agresión para ejercer poder sobre otra persona. Concretamente, los investigadores lo han definido como una serie de amenazas hostiles, físicas o verbales que se repiten, angustiando a la víctima y estableciendo un desequilibrio de poder entre ella y su acosador.”

Como dice Amartya Sen: una persona que ayuna por razones religiosas no es lo mismo que quien tiene hambre por no disponer de comida. No tengo intención de identificar productos pero son unos cuantos

Resulta que es de UNICEF y suena justamente al revés que lo que machaconamente se repite en la publicidad y en cualquier tertulia. El problema se origina en el ejercicio del poder, que genera diferentes respuestas en el grupo, por lo cual aunque parta de una persona es un conflicto social. Se trata de conductas grupales que se sustentan en valores, actitudes, respuestas a frustraciones, que muestran un modelo de relaciones entre iguales. Y el sustrato es ideológico, una forma de estar en el mundo que abandona las pautas de igualdad, solidaridad, compartir, etc. Se parece a decir “se le ha ido la olla” cuando un maltratador asesina a una mujer, en lugar de combatir las razones culturales del maltrato a la mujer.

En este caso es la publicidad la que está reproduciendo el modelo individualista y competitivo que necesita esta sociedad de consumo y por otro lado, llevando al plano psicológico algo que tiene una raíz social, también está contribuyendo a invisibilizar el origen de muchos de los conflictos contemporáneos. La empatía por quien sufre el acoso, nos lleva fácilmente a protegerle e intentar dotarle de las herramientas emocionales para hacerle frente. Es básico, necesario, y seguramente exitoso. Pero no ataca el origen del problema

¿Protegemos al débil pero no cambiamos el ejercicio del poder? Ni siquiera una mínima referencia a que las agresiones son nefastas y representan actitudes muy negativas en los grupos humanos. Existen otros mensajes publicitarios tan nefastos, desde la perspectiva del modelo de relaciones que reproducen, desde los valores que difunden, que habrá que pedir a gente experta que inicien campañas de denuncia.

Otro mensaje que se repite, explícita o veladamente, es el poder de elegir. Como si todas las personas sean del origen de clase que sean, comparten la misma capacidad de elegir. Tengas el dinero que tengas, tengas los estudios que tengas, sea cual sea tu situación social y cultural, puedes elegir. Es la mayor trampa actual de la ideología neoliberal. En una sociedad tan desigual como la nuestra es el mayor engaño. Como dice Amartya Sen: una persona que ayuna por razones religiosas no es lo mismo que quien tiene hambre por no disponer de comida. No tengo intención de identificar productos pero son unos cuantos.

Son mensajes productivos para el consumo pero cumplen una función nefasta para los proyectos colectivos, las prioridades para el bien común, o el sostenimiento de los servicios públicos. Siempre que se psicologizan los problemas sociales, se individualizan las causas de conflictos sociales, siempre que se pone el acento en las consecuencias personales sin combatir los orígenes sociales o culturales, estamos abonando una concepción que niega el carácter social y que lleva a moverse por intereses estrictamente individuales

Así como hemos puesto la lente de género para detectar macro y micro machismos, sería positivo poner el filtro en la reproducción de valores y formas de vida perjudiciales para el desarrollo humano, a mensajes o conductas que aparecen como “naturales” y son perversiones para los derechos sociales, a las deformaciones de la realidad que conllevan la creación de expectativas irreales que generan frustraciones. 


Estella Acosta Pérez | Orientadora y profesora asociada de la Universidad Autónoma de Madrid jubilada. Directiva de la Asociación Isegoría. 

Una crítica a la reproducción ideológica en la publicidad