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miércoles. 28.05.2025
TRIBUNA POLÍTICA

¿Por qué molesta tanto al PP celebrar el fin del franquismo?

Puede que la dirigencia del PP español maneje cálculos sobre votos y poltronas en esta estrategia de connivencia ultra.
Moneda de 25 céntimos acuñada en 1937 por el régimen franquista

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La dirigencia del PP ha salido en tromba a criticar la celebración de actos que conmemoran el fin de la dictadura franquista y la posterior recuperación de las libertades democráticas en España.

Los portavoces del PP han tachado la iniciativa de “cortina de humo”,  “burla”, “trampa”, “guerracivilismo” e, incluso, de “incitación a la violencia en las calles”.

Paradójicamente, esta última alusión pronunciada por Díaz Ayuso indicaría por sí sola la pertinencia urgente de reivindicar los valores democráticos ante la supuesta amenaza de elementos insurgentes, antidemocráticos, capaces de quebrar la convivencia pacífica en nuestras calles.

El PP tiene un problema original de coherencia, el partido como tal fue fundado por prebostes de la propia dictadura, nombrados por Francisco Franco

Olvidar, relegar o menospreciar la memoria acerca de la desgracia franquista en nuestra historia constituiría un error grave, un error a la vez injusto, torpe y peligroso para el presente y el futuro de la sociedad española.

Olvidar los 40 años de oprobio franquista resultaría injusto ante los verdugos y ante las víctimas de sus crímenes. La memoria democrática exige y no puede renunciar a la verdad, a la justicia, a la reparación y a la garantía de no repetición para esos crímenes. Exige homenaje a sus víctimas y exige reproche para los culpables.

Relegar la memoria del franquismo es una decisión torpe porque deja indefensa a nuestra democracia ante el revisionismo histórico. Un porcentaje significativo de jóvenes justifica, incluso reivindica hoy en las encuestas la organización del espacio público conforme a valores autoritarios. Este hecho demuestra la necesidad de intensificar y mejorar el conocimiento de la historia y de luchar contra la proliferación de versiones falsas sobre lo que supuso la dictadura liberticida en nuestro país.

Menospreciar la verdad sobre el franquismo resulta, sobre todo, peligroso, porque la Internacional Ultra amenaza con revertir las conquistas civilizatorias que se han logrado en el mundo gracias a los sistemas políticos democráticos. Las organizaciones abiertamente fascistas ya son tercera fuerza en Europa, con presencia determinante en varios gobiernos, y el binomio Trump-Musk al frente de la primera potencia económica y militar les proporcionará pronto aún más influencia.

En este contexto, ¿por qué a la derecha tradicional española le cuesta tanto marcar distancias respecto a la dictadura de Franco?

Puede que la dirigencia del PP español maneje cálculos sobre votos y poltronas en esta estrategia de connivencia ultra

Hay tres explicaciones, al menos.

El PP tiene un problema original de coherencia, porque si bien hay que reconocer su contribución a la transición democrática, lo cierto es que el partido como tal fue fundado por prebostes de la propia dictadura, nombrados por Francisco Franco.

El PP mantiene en su seno personajes y valores claramente vinculados a la ideología franquista, desde la deriva centralista, el sectarismo excluyente hacia cualquier instancia progresista o la resistencia al avance en la emancipación de la mujer. También mantiene presentes viejos vicios de la entente franquista ligados a la corrupción, el juego sucio con el adversario y la querencia por manipular la judicatura en beneficio propio, por ejemplo.

No obstante estas explicaciones tradicionales, ha de preocupar más en la sociedad española la determinación estratégica que el equipo de Feijóo muestra últimamente a través de sus discursos y sus actos. Y es que la derecha europea se encuentra hoy dividida entre quienes, como Von der Leyen, Merz y Macron, establecen cordones sanitarios ante al avance ultra, y aquellos otros, como Orban, Tajani y Weber, que se muestran dispuestos a abrir las puertas del poder al fascismo.

Puede que la dirigencia del PP español maneje cálculos sobre votos y poltronas en esta estrategia de connivencia ultra.

El cálculo de la sociedad española respecto a tal estrategia tiene que ver con el riesgo de perder derechos, libertades y democracia. Y se trata de un riesgo muy cierto y muy serio.

¿Por qué molesta tanto al PP celebrar el fin del franquismo?