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Señor presidente Don Carlos Mazón, permítame la libertad de dirigirme a usted en un momento tan arduo y espinoso como el que atraviesan los pueblos valencianos damnificados por la DANA. Tengo la certeza de que también para usted está siendo dura la situación a pesar de no haber sufrido daños personales ni estructurales en su entorno inmediato, pues su condición de President de la Generalitat Valenciana, le otorga el rango de ser el primer centinela vigilante y responsable del bienestar de todos los ciudadanos de la comunidad autónoma que preside, un honor que no sólo imprime carácter sino puede hasta hacer propio el dolor ajeno.
El motivo de dirigirme a usted y robarle unos minutos de su valioso tiempo está más que justificado por el derecho legítimo que reconozco a todos los valencianos y valencianas a que el presidente de su comunitat deje de comportarse como un político de bajo nivel, inseguro y de escaso carisma, derecho que exige que muestre usted sus agallas y ofrezca una explicación creíble de por qué lleva doce días escurriendo el bulto de su irresponsabilidad, no dando la cara, escondiéndose, mintiendo, y haciendo juegos malabares dignos de un trilero, rasgos alejados de los que definen a político hábil, honesto y capaz de esclarecer unos hechos que sólo usted conoce, y tal vez también muchos notables de su partido que, al menos de momento, callan por no saber todavía como manejar una situación que les ha caído encima como una losa, aunque no dudo que acabarán pronunciándose después de la multitudinaria manifestación (130.000 participantes según la Delegación del Gobierno) que ayer por la tarde colapsó las más céntricas plazas y calles del centro de Valencia pidiendo su inmediata dimisión y denunciando con rabia y dolor su mala gestión ante la tragedia y el infortunio que en muy pocas horas cambio a tantos sus vidas, e incluso las hizo llegar a un prematuro final que podría haberse evitado.
Señor Mazón, es inisible que un político honesto y veraz recurra a la desfachatez de dar hasta cuatro versiones diferentes sobre lo que estuvo haciendo durante cinco horas en las que se desconectó de todos y de todo. Y lo que es peor, justo cuando una catástrofe asoló en apenas unas horas a la comunidad que usted preside y que de haber estado localizable en su puesto de trabajo, le habría permitido dar las ordenes pertinentes para activar un plan de emergencia que podría haber evitado evitado decenas de muertes.
Señor President de la Comunitat Valenciana: ¿dónde estuvo usted el martes 29 de octubre desde las 14:30 hasta las 19:30 horas?
Señor President de la Comunitat Autónoma Valenciana: ¿dónde estuvo usted el martes 29 de octubre desde las 14:30 hasta las 19:30 horas? ¿Porqué ha mentido hasta cuatro veces al respecto? Primero se dijo que usted asistía una comida privada. En una segunda versión alguien habló de un cumpleaños, que usted desmintió a posteriori. Poco más tarde, su equipo aseguró que estaba en un almuerzo de trabajo junto a Salvador Navarro, presidente de los empresarios valencianos quien reconoció haber estado reunido con usted pero sólo hasta las 14:30 horas, negando que después comieran juntos. Y llegamos así una nueva versión según la cual usted comió en un restaurante próximo al Palau de la Generalitat para después encerrarse en su despacho a trabajar en los presupuestos.
Sea como fuere, al final fueron dos las verdades que salieron a la luz. La primera es que en las horas clave en las que la DANA asolaba a Valencia con furia apocalíptica, usted se encontraba en el reservado de un restaurante comiendo con las periodista Maribel Vilaplana, una de las presentadoras más conocidas de la televisión autonómica de la época de Zaplana y Camps, reunión en la que al parecer le propuso la dirección de la actual televisión pública valenciana —À Punt— oferta que la periodista no aceptó. La segunda verdad es que desde las 14:30 hasta las 19:30 horas de ese fatídico martes, usted estuvo desconectado (que no sin cobertura como afirmó varias veces) y no respondió a ninguna de las llamadas que se le hicieron para informarle de la tragedia.
Mentiras y más mentiras para justificar una desaparición de cinco horas. Cinco preciosas horas. Horas casi suficientes para leer la novela de Miguel Delibes: “Cinco horas con Mario”, una excelente obra en la que la protagonista (Carmen Sotillo) vela en soledad el cadáver de su marido y hace un repaso de las personalidades de ambos a través de un monólogo o mas bien un diálogo unipersonal.
No me extenderé más señor Mazón, pero antes de poner el punto y final a este escrito, quiero dejar constancia de que ayer por la tarde fui testigo presencial de cómo una ingente cantidad de manifestantes se congregaron en el centro de Valencia para denunciar su ineptitud y exigirle tanto responsabilidades como su dimisión.
Mentiras y más mentiras para justificar una desaparición de cinco horas. Cinco preciosas horas
Hace un momento, mientras desayunaba en la cafetería donde suelo hacerlo todos los días que puedo, un grupo de encantadoras mujeres sexagenarias me han invitado a participar en la tertulia que mantenían en su mesa, justo al lado de la mía. He aceptado gustoso y en un momento dado una de ellas me ha preguntado mi opinión acerca de por qué Mazón no dimitía. En mi respuesta he mencionado dos razones: primero la lamentable actitud de aferrarse al poder como una lapa que muestran tantos y tantos políticos, y la segunda una alusión al hecho de que si Carlos Mazón dimitiera dejaría de estar aforado, circunstancia que le convertiría en un ser vulnerable (como cualquier hijo de vecino) a las iniciativas judiciales que pudieran ponerse en marcha para exigirle responsabilidades, sobre todo en lo concerniente a lo "penal". Muy reciente tenemos el ejemplo de José Luis Ábalos quien, ante su presunta implicación en el “caso Koldo” se negó en redondo a dimitir tras ser expulsado del PSOE y mantuvo su acta de diputado, sin duda para evitar que si se abría una causa contra él (como así ha sido por por presuntos delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y malversación) fuera juzgado por un tribunal al uso como cualquier otro miembro de la población civil.
Pero volvamos de nuevo a Mazón. En su primera aparición tras la manifestación de ayer, al ser preguntado por los periodistas, Carlos Mazón ha dejado constancia de su respeto por el «dolor» de los manifestantes que el sábado protestaron en València. Sin aportar más detalles, Mazón ha dicho «vamos a seguir dando la cara y trabajando por los valencianos», y acto seguido ha remitido a los periodistas a lo que dirá en su comparecencia del jueves próximo para ofrecer «todo lujo de detalles» y «dar las explicaciones que el pueblo afectado y los valencianos se merecen».
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