<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=621166132074194&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
miércoles. 28.05.2025
OBITUARIO CINE

Val Kilmer: la lágrima carismática del cine fallece a los 65 años

Demasiado carisma para una sola vida. Descansa en paz.
Val_Kilmer_Cannes
Val Kilmer.

Necesitamos tu ayuda para seguir informando
Colabora con Nuevatribuna

 

Jaime Polo | @lovacaine

Hay actores que nos acompañan toda la vida, cuyas voces y rostros quedan tatuados en la memoria de nuestra cinefilia más profunda. Val Kilmer fue uno de ellos. Hoy, su luz se apaga a los 65 años, pero su fuego nunca dejará de arder.

Desde su irrupción en los años 80, Kilmer fue un enigma en Hollywood. Una estrella que podía ser un relámpago deslumbrante y un espectro esquivo al mismo tiempo. En Top Gun (1986).  se convirtió en el epítome de la arrogancia y la perfección, un reflejo de su propia complejidad como intérprete. Pero Val Kilmer nunca fue solo una cara bonita en la gran pantalla. En The Doors (1991), se entregó con una pasión febril al espíritu de Jim Morrison, hasta el punto de diluirse en él. No imitaba, encarnaba.

El cine pierde a uno de sus actores más indómitos, más apasionados, más enigmáticos

Su talento era feroz y su compromiso con el arte, absoluto. En Tombstone (1993), su Doc Holliday destilaba muerte y poesía en cada palabra, con la cadencia de un pistolero que ya había visto su destino escrito en las estrellas. En Heat (1995), entre Pacino y De Niro, brilló con una intensidad que no necesitaba estridencias. Y cuando le tocó ser Batman en Batman Forever (1995), demostró que incluso en la piel del hombre murciélago, la melancolía podía encontrar su lugar.

Pero Kilmer nunca fue fácil. Tenía fama de difícil, de meticuloso, de obsesivo. Quizá lo fuera, pero también era un hombre que creía en su arte con una devoción casi mística. Era alguien que, incluso cuando Hollywood lo dio por perdido, siguió buscando la verdad en su trabajo. Su batalla contra el cáncer de garganta lo privó de su voz, pero no de su espíritu. En el documental Val (2021), nos dejó entrar en su mundo con una honestidad brutal, sin máscaras, sin escudos. Era un guerrero que nunca se rindió.

Hoy, el cine pierde a uno de sus actores más indómitos, más apasionados, más enigmáticos. Pero los mitos no desaparecen: siguen viviendo en las imágenes que dejaron atrás, en los diálogos que seguimos repitiendo, en la energía imposible de domesticar que dejaron en cada plano.

Descansa, Val. Siempre serás nuestro Iceman, nuestro Doc Holliday, nuestro Jim Morrison, nuestra sombra en la noche de Gotham. Un relámpago que sigue iluminando la oscuridad.

Val Kilmer: la lágrima carismática del cine fallece a los 65 años