El final monetario de USA y Sraffa
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Uno de los problemas de los que no se habla es precisamente el final del monopolio del dólar como moneda. Me rectifico, se habla de ello, pero no de unas de las causas de su final. Es verdad que USA, junto con el Reino Unido e Israel se ha convertido -mejor dicho, se ha acentuado- su existencia como tres estados terroristas, como lo demuestra el apoyo de los dos primeros al genocidio perpetrado por el gobierno de Netanyahu su gobierno y sus militares contra la población -no contra Hamás- palestina y la liquidación del gobierno de Siria. Es también verdad que son varias las picas clavadas en el corazón del imperio anglo-yanqui: la eclosión de una alternativa al imperio como son los BRICS del presente y, sobre todo, del futuro, la competencia a todos los niveles de China, el resurgir al menos armamentísticamente de Rusia, el final del acuerdo de Arabia Saudita y USA -los petrodólares- y su efecto demostración, el fracaso de la OTAN en Ucrania, las estúpidas sanciones a Rusia, la llegada de un psicópata a la Casa Blanca a finales de enero del presente año, etc. Algunas son heridas autoinfligidas por los imperios que se resisten a reconocer su decadencia hasta que casi el caballo que los descabalgan lo pisotean. Y con los BRICS surgirá probablemente una moneda común alternativa del dólar como instrumento de pago y depósito de valor o, en su defecto, seguro que el yuan chino competirá con el dólar USA cada vez más, porque las monedas de uso comúnmente aceptadas en el ámbito internacional o global dependen muy mucho de la potencia económica del país o imperio que lo sustentan. Así pasó con la primera globalización comercial y monetaria del planeta que fue la del imperio español y su real de a ocho, que jugó este papel durante 250 años; pasó con la libra esterlina, aunque en la mitad del tiempo, y lo ha hecho el dólar durante casi un siglo. Como se ve los tiempos se acortan con la facilidad y velocidad interplanetaria de los transportes. Yo me querría centrar en un tema al que no se valora convenientemente y es el problema y explicación de la inflación. La pregunta es: ¿cómo es que con la expansión del dólar desde los acuerdos de Bretton Woods en 1944 no se ha producido una inflación galopante o, al menos, insoportable en el planeta a pesar de la brutal expansión del dólar como ¡billete! -no como moneda simplemente- desde entonces hasta nuestros días? El tema es transcendental para el futuro y las explicaciones al uso de la inflación no son suficientes para dar con este fenómeno llamemos de ¡no inflación! durante al menos 80 años. Recordemos brevemente que en Bretton Woods se impuso las tesis del economista White representante de USA, frente a las de Keynes y su bancor para crear una moneda internacional a partir de la creación también de un banco internacional que emitiera esa moneda. El gobierno USA y su presidente exigieron a las demás naciones aceptar que el dólar fuera la moneda de reserva de todos los países, de tal forma que todos podían comerciar e invertir con y en otros países con tal de que tuvieran esa moneda de reserva en sus bancos centrales. Pero al menos hasta 1971 ese billete estaba respaldado por el equivalente en oro en Fort Kox. Pero ocurrió entonces que Nixon, a la sazón presidente del país yanqui en esos momentos, advirtió de que ya no sería posible la conversión del dólar en lingotes de oro porque no había bastante de ello en sus reservas. Es decir, los gobiernos de USA llevaban engañando al resto del planeta con esa posibilidad y el resto de los gobiernos del planeta dejándose engañar porque de sobra sabían que la producción de oro y su cotización en el mercado internacional impedían la conversión de los dólares de reserva en oro, y menos aún al valor facial del billete. Entonces ocurrió un hecho singular y es que la Reserva Federal siguió aumentando la oferta monetaria a través de sus competencias en la base monetaria ¡sin que se produjera una devaluación del dólar o la quiebra del mismo! Ocurría por primera vez en la historia que la moneda de reserva y medio de pago ¡no era una moneda o un billete respaldado por algún metal precioso!, como fueron los casos del real de a ocho [1] del imperio español o la libra esterlina del inglés.
USA, junto con el Reino Unido e Israel se ha convertido su existencia como tres estados terroristas, como lo demuestra el apoyo de los dos primeros al genocidio perpetrado por el gobierno de Netanyahu su gobierno y sus militares contra la población -no contra Hamás- palestina y la liquidación del gobierno de Siria
Ya entonces existían dos explicaciones de la inflación, una por el lado de la oferta y otra por el lado de la demanda. La primera data de la Escuela de Salamanca española, reconocida por el propio Schumpeter cuando habla en su Historia del Análisis Económico de “los escolásticos y el derecho natural”, y rematada la cuestión por la obra de la norteamericana Marjorie Grice Hutchinxon con la suya La escuela de Salamanca. Es verdad que luego los ses se la apropiaron -la explicación- mediante la obra y propaganda de Jean Bodin, pero es que entonces lo copiaban todo del imperio hispánico [2]. El autor en el siglo XX y en el presente más influyente en la defensa de la explicación de la inflación por el lado de la oferta ha sido Milton Friedman. Y si esta explicación fuera válida para el largo plazo que va desde 1941 -incluso antes- hasta nuestros días deberían concluir los monetaristas que debería haberse producido una inflación notable -yo diría que galopante- desde entonces. Es ahora, con el final del monopolio del imperio, cuando USA empieza a tener problemas inflacionistas porque ahora no puede impedir para financiar su imperio una expansión notable de su deuda pública -actualmente 35 billones de dólares frente a a 26 millones de PIB nominal-, con un déficit entre gastos e ingresos que supera el PIB español. A ello se une que gran parte de los países del planeta están reduciendo sus tenencias de dólares en sus bancos centrales por dos motivos: por miedo a posibles sanciones del imperio y porque temen que esta moneda se vaya depreciando cada vez más. Es un efecto a medio plazo, pero es inexorable. Al final los imperios caen por problemas fiscales, porque no pueden sostener los gastos militares y de todo tipo para mantener sus variadas formas de represión a los que no siguen sus directrices. Así China ha pasado de ser el máximo tenedor de dólares para ser adelantado por Japón, y cabe esperar que acentuarán la bajada de estas reservas los países árabes, especialmente Arabia Saudita, pero también Turquía, Egipto, India, y, en general, los europeos. Es más, si el psicópata que va a llevar los destinos del imperio yanqui venido a menos siguiera con sus pretensiones arancelarias sobre China sería muy probable que este país procediera a una venta masiva de sus reservas y activos en dólares y hundiría el valor del dólar; más aún porque a la cola se pondrían en sus deseos vendedores hasta países amigos del imperio como Japón, México, Arabía Saudita, los países árabes en general y muchos de los países americanos y africanos que aún confían en el valor del billete del gran Satán. Por otro lado, la explicación keynesiana y sus tres motivos de la demanda -para transacciones, por precaución y para especulación- sólo son para eso, la demanda, que sólo opera en períodos cortos y coyunturales.
Volveríamos ahora a la pregunta de la ¡no inflación! a pesar de la expansión de la oferta monetaria del billete verde, y voy a defender que existe una explicación que se desprende de la obra del genio de los genios de la economía -que son pocos-, que es el italiano Piero Sraffa en su obra Producción de mercancías por medio de mercancías. En esta obra escribe el de Turín una nota que titula: Nota sobre productos no básicos que se autorreproducen. No voy a entrar en lo que trata de explicar porque eso no es objeto de este artículo y porque para su comprensión sería necesario el estudio concienzudo del libro [3] y no su simple lectura. Para explicar lo que viene pido disculpas al lector, pero me veo en la necesidad de introducir alguna formulación matemática, pero de esas que se estudian en la enseñanza secundaria y, si acaso, en el bachillerato. Sraffa en esta nota trata sobre el aumento ilimitado de los precios de unos tipos de bienes y servicios -él los llama mercancías, commodities- si se quisiera mantener una tasa única y limitada de ganancia para el sistema económico. Partiendo de su caracterización del sistema económico a través de dos formulaciones que omitimos, llega a una ecuación tal como: P = [(1+r)w/(rm-r)]S, donde P serían los precios del sistema, r la tasa de ganancia general, w serían los salarios y rm sería la tasa máxima de ganancia que las empresas recibirían con salarios cero. Es una formulación muy sencilla pero que, en aras del realismo, se puede generalizar a múltiples tasas de ganancia, a múltiples tasas de ganancia máximas y a múltiples tasas de salarios, pero que no lo haré porque ahí sí se exigiría un conocimiento del álgebra matricial que la mayoría de los españoles no tienen [4]. Por último, S sería la relación entre el trabajo y los medios de producción empleados. Esta relación es fundamental en el esquema esrafiano porque nos habla de la capacidad de un sistema de producir excedente mediante la productividad global del sistema. Pues bien, puede observarse que la diferencia entre las dos tasas de ganancia, es decir, entre la hipotética tasa máxima rm y la real r -en este caso no multiplicidad serían tasas medias- está en el denominador del quebrado, siendo el numerador [5] (1+r)wS, con lo cual a medida que ambas tasas de ganancia se acercan al una a la otra ¡el valor del quebrado aumenta!, es decir, los precios aumentarían inexorablemente. Y ahora viene lo que he llamado explicación estructural de la inflación, y es que, aunque hayan aumentado las tasas de ganancia en algunos momentos en la empresas yanquis esto se ha visto compensado por dos factores. En primer lugar, porque también ha aumentado la tasa de ganancia máxima rm, que indica la capacidad de crear excedente en la economía y, en segundo lugar, porque también ha aumentado la productividad del trabajo del imperio mediante la innovación tecnológica propia y/o ajena y su capacidad imperial de monopolizar esas invenciones (el caso del Silicon Valley, IBM, Microsoft, Apple, etc.), cosas que ocurren con la disminución del término S. Pero esto ha dejado de ser cierto cuando menos hace tres décadas con la eclosión industrial y competitiva de los llamados tigres asiáticos, especialmente Corea del Sur, Singapur, China y, más tarde, todos los países asiáticos casi sin excepción. Dicho de forma sintética, si la expansión monetaria del billete verde en el planeta durante 80 años no ha provocado inflación en USA y fuera es porque este país ha tenido el monopolio de la tecnología [6], cosa que le ha permitido aumentar establemente la productividad del sistema, pero de eso hace entre hace unos 30 años y la actualidad, y, por tanto, eso es finito. Si esta explicación estructural de la inflación es cierta -que es complementaria con la derivada de la oferta y la de la demanda- se notará en el próximo futuro por unas tensiones inflacionistas difícilmente combatibles con meras subidas de tipos de interés y/o con restricciones de la oferta monetaria. Fiscalidad insuficiente, inflación inevitable, pérdida del monopolio de la moneda como instrumento de pago y depósito de valor y de la tecnología es lo que les espera a los imperios cuando su base económica y demográfica ya no pueden sostenerlos. Pasó con el imperio español, con el imperio británico y con los casi non-natos imperios francés y holandés. Podría apostar que eso mismo ocurrió con otros imperios del pasado -especialmente el romano- pero no tengo unos conocimientos suficientes para asegurar que no hubiera otros motivos. Y el problema para el planeta es que USA ya da síntomas de convertirse en un estado fallido -lo es parcialmente desde el nacimiento al ser un estado federal- capaz de usar su armamento para mantener lo que con la economía no puede hacerlo.
[1] Esta moneda dependió en gran medida de la primera globalización del planeta realizada por el imperio español, siendo la punta de lanza de tal cosa -llamemos gesta- el galeón de Manila, que se inauguró en 1565 por el marinero español Juan de Urdaneta y finalizó en 1815 con un México insurgente, dado que el puerto principal en América era Acapulco. La razón de este monopolio que disfrutó el imperio hispánico se debió a que ningún otro país era capaz de construir los barcos -galeones- capaces de pasar el cabo de Buena Esperanza, en África. Ni siquiera los ingleses -en contra de su fama impostada- tenían la destreza, medios y tecnología para construir barcos que soportaran las tormentas de esa zona.
[2] A modo de ejemplo traemos aquí la casi copia literal de la obra de Corneille Le Cid, vertida de la obra de Guillén de Castro Las Mocedades del Cid y el “pienso, luego existo” de Descartes, copiado del filósofo y médico español Gómez Pereira. Son sólo dos ejemplos.
[3] Llevo casi dos décadas estudiando y desarrollando su obra y aún me sorprende como fuente de inspiración para presentar una alternativa a la teoría económica convencional que se estudia a nivel universitario.
[4] Para los que se atrevan a leer esto con sus matemáticas, decir que se da la igualdad S=LX-1, siendo L los inputs de trabajo y X la matriz de medios de producción. Al ir L postmultiplicada por la inversa de Xsignifica que S representa los inputs de trabajo que son necesarios de cada bien o servicio para la producción, a su vez, de cada bien o servicio.
[5] Es verdad que la tasa r de ganancia aparece también en el numerador, pero en este tiene una actuación proporcional mientras que en el denominador lo es exponencial.
[6] Si acaso lo ha compartido parcialmente con Japón, Alemania y el Reino Unido según qué sectores en las últimas cinco décadas.