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sĂĄbado. 14.06.2025

Israel perpetĂșa el genocidio del pueblo palestino

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En el diario PĂșblico, el 12 de agosto de 2018, en su apartado Punto y seguido, se publicĂł un en Nuevatribuna.

Del texto mencionado reproduzco los puntos más destacados, con sus correspondientes comentarios, de La Ley Básica de, “Israel, el Estado Nación Judío:

1) La “naciĂłn israelí” deja de existir para ser sustituida por la “naciĂłn judĂ­a”, convirtiendo a los de otros grupos Ă©tnicos y religiosos en ciudadanos de segunda. AsĂ­, se excluye a las minorĂ­as nacionales de participar en la construcciĂłn del paĂ­s mientras los paĂ­ses avanzados buscan fĂłrmulas para la integraciĂłn de los inmigrantes reciĂ©n llegados.

2) Afirma que Israel es un estado para todos los judĂ­os del mundo (ÂĄsiempre y cuando no sean negros!), a la vez que niega proteger a los sectores no judĂ­os que habitan su territorio, poniendo patas arriba las teorĂ­as del Estado. Israel abandona oficialmente la idea de ser un Estado plurinacional, al imponer la condiciĂłn de “jurar la lealtad el Estado judĂ­o” para obtener la ciudadanĂ­a, y a sabiendas que los israelĂ­es musulmanes, cristianos o drusos (fieles de un credo eclĂ©ctico que lleva el nombre de su fundador iranĂ­ Mohammad Darazi), no lo harĂ­an, les convierte en una minorĂ­a extranjera en su propia tierra, y a los refugiados en eternos apĂĄtridas. Es como si JapĂłn o China piden lealtad al budismo para obtener la nacionalidad. En la India, por ejemplo, el juramento de lealtad es a la constituciĂłn y a las obligaciones civiles, y no al hinduismo.

Que Israel nunca haya definido sus fronteras le deja las puertas abiertas para ocupar â€œdesde el Nilo hasta el Éufrates” manda el proyecto sionista

3) La Ley acaba con confusiĂłn acerca de la “identidad judĂ­a”: hace referencia a la fe o la etnicidad. Israel nunca ha sido un estado secular. La misma razĂłn declarada de su fundaciĂłn es religiosa, y parte de su legislaciĂłn nada tiene que envidiar a la Sharia islĂĄmica en cuanto a la mujer se refiere. Pero no se confundan, no se trata de establecer una religiĂłn del Estado, como la que ha hecho Rusia con la religiĂłn ortodoxa, o lo es la catĂłlica en Argentina: ninguno se presenta como un “Estado cristiano” que asigne determinados privilegios a los fieles de estos credos. MĂĄs bien es como el nacionalcatolicismo de Franco o el nacionalismo de IrĂĄn. De hecho, esta ley elimina conscientemente el tĂ©rmino “democrĂĄtico”, que en las anteriores definĂ­an a “Israel como un Estado judĂ­o y democrĂĄtico”. Ahora solo serĂĄ judĂ­o.

4) Planea expandir los asentamientos judĂ­os “como un valor nacional”, por lo que mantendrĂĄ los actuales (que son ilegales) en Cisjordania y JerusalĂ©n, y los ampliarĂĄ: Que Israel nunca haya definido sus fronteras le deja las puertas abiertas para ocupar â€œdesde el Nilo hasta el Éufrates” manda el proyecto sionista.

5) Declara a JerusalĂ©n como ciudad “indivisible” unida a Israel para que entre otras implicaciones el poco probable futuro estado palestino no pueda instalar su capital en la parte oriental de la urbe como exigen los acuerdos internacionales.

6) Imposibilita también la creación de un Estado binacional para los judíos y årabes.

7) Reserva el derecho a la autodeterminaciĂłn exclusivamente para el pueblo judĂ­o, evitando asĂ­ futuras intenciones separatistas.

8)  Revoca el estatus de la lengua ĂĄrabe, que en teorĂ­a era cooficial junto con el hebreo (nada que ver con la cohabitaciĂłn del finĂ©s y el sueco en Finlandia o el pastĂșn y el darĂ­ en AfganistĂĄn), y la rebaja a una posiciĂłn “especial”. Elimina, asĂ­, la demanda de los ciudadanos ĂĄrabes de incluir su idioma en los trĂĄmites oficiales, los carteles y anuncios, etc.

9) Consolida el sistema de Apartheid contra los no judĂ­os. A lo largo de dĂ©cadas, Israel ha demolido decenas de miles de casas ĂĄrabes, ha encarcelado a sus propietarios o los ha expulsado; ha arrancado millones de sus ĂĄrboles frutales, quitĂĄndoles el pan, secĂĄndoles el agua y ha ocupado Cisjordania con medio millĂłn de colonos. En el mismo Tel Aviv, segĂșn el diario Haaretz, los ĂĄrabes sufren la segregaciĂłn: hasta en las maternidades de los hospitales las madres ĂĄrabes son separadas de las judĂ­as, sin que ninguna lo pidiera.

10) La ley así también discrimina a millones de judíos no religiosos.

Los seres humanos han creado leyes para resolver los problemas de convivencia. No es este el objetivo de la extrema derecha que gobierna algunos países: las elabora para provocar tensión y conflictos sociales y así justificar la represión. Si uno de los motivos de este cambio ha sido el temor al alto índice de natalidad de los årabes que hoy componen el 21% de la población (en 1948 eran 1,2 millones årabes frente a 600,000 judío), es como si el gobierno de España acabara con los derechos de la ciudadanía de los andaluces. A demås de inmoral es ineficaz: la minoría supremacista blanca de Sudafrica fue condenada y asilada por todo el mundo, a excepción de algunos países como Israel.

Hasta aquí el texto referido, al que tengo que agregar los antecedentes que le precedieron, ya que mucho antes de proclamar la declaración de “Estado judío”, en 2018, los sucesivos gobiernos de Israel se comportaron como si ya existiera el redactado en el subconsciente de los diversos gobernantes.

A la creencia de superioridad de un grupo humano respecto a otros se le sigue llamando “racismo”, de momento; y esa es la ideología que primer ministro israelí, Manachem Begin, (1977-1983) llevaba en su cabeza cuando pronunció: “Nosotros somos dioses sobre este planeta. Somos tan diferentes de las razas inferiores como ellos lo son de los insectos... Las demás razas son consideradas como excremento humano”.

Anteriormente, la ministra Golda Meir dijo el 15 de junio de 1969, al Sunday Times: “No existe el pueblo palestino, 
 ellos no existen”. Al igual que Golda Meir. Recientemente, un polĂ­tico ha dicho que son animales humanos. La negaciĂłn del pueblo palestino les otorga vĂ­a libre para usurparles sus tierras, la vida misma, meter en prisiĂłn a quienes osen oponerse al expolio permanente cometido por el ejĂ©rcito de Israel y los colonos, levantar muros y puntos de control para impedir normalizar la vida del pueblo palestino.  

Con una larga a trayectoria de acoso y derribo, que se inicia en 1949, el parlamento israelĂ­ aprobĂł, la Ley BĂĄsica de Israel con 62 votos a favor, 55 en contra y dos abstenciones, en el año 2018, convirtiendo a “Israel en el Estado NaciĂłn JudĂ­o”. Las religiones al igual que los nacionalismos, siempre son excluyentes y, por tanto, supremacistas. HabrĂĄ que repetir cuantas veces sean precisas que la religiĂłn es un asunto personal y, por ello, debe mantenerse separada de los estados, si es que queremos hablar de democracia. AdemĂĄs, la ley del 2018 es antisemita porque los ĂĄrabes tambiĂ©n son semitas y quedan excluidos en ella, ya que, segĂșn los textos sagrados, los judĂ­os son descendientes de Isaac y los ĂĄrabes de Ismael, ambos hijos de Abraham. Pero seguro que nadie, o muy pocos se rasgarĂĄn las vestiduras. Ya sabemos que Israel goza de Impunidad absoluta.

¿Dónde fue aparar la declaración de independencia de 1948, cuando la ONU dictaminó la creación de un Estado para los judíos? Aquella que prometía: “completa igualdad de derechos sociales y políticos para todos sus habitantes independientemente de su religión, raza o sexo”.

La cruel realidad es que Israel pretende expulsar al pueblo palestino de sus tierras; terrenos que habitan durante siglos

La cruel realidad es que Israel pretende expulsar al pueblo palestino de sus tierras; terrenos que habitan durante siglos. Dicha pretensiĂłn parece estar en el ADN de los diferentes gobiernos de Israel y se ha ido reforzando año tras año hasta llegar a la soluciĂłn final que pretenden aplicar. En agosto de 2005 el gobierno de Ariel Sharon retirĂł los colonos del territorio de Gaza, de forma unilateral. Pero la retirada no fue movida por ningĂșn sentimiento de justicia; se hizo con la idea de lanzar prĂłximas embestidas contra la integridad fĂ­sica del pueblo palestino, sin que los colonos pudieran sufrir pĂ©rdidas humanas. Y a las pruebas me remito: tras los bĂĄrbaros ataques contra la franja de Gaza, llamados, muro de defensa, operaciĂłn hierro fundido, cerco protector, han dejado un reguero de muertos, mutilados, enfermedades y destrucciĂłn sistemĂĄtica de infraestructuras civiles, incluidas Instituciones Internacionales, el Genocidio no ha parado, (en mis anteriores artĂ­culos estĂĄn los datos).

A las masivas movilizaciones que las sociedades han realizado por todo el planeta, ahora se ha sumado las del pueblo israelĂ­ pidiendo negociaciones con Hamas y la devoluciĂłn de los rehenes que mantiene Hamas. El pueblo palestino ya no puede esperar mĂĄs. El informe de Mary Lawlor, Relatora de la ONU para los derechos humanos, deja muy clara la situaciĂłn en la que sobrevive el pueblo palestino, y ello deberĂ­a ser suficiente para terminar con el Genocidio. Pero, aun asĂ­, cierto escepticismo me embarga. ÂżServirĂĄn los Organismos Internacionales creados para mantener la justicia y la paz para tal fin, o tendremos que enterrarlos porque ya se han muerto por InaniciĂłn?

Israel perpetĂșa el genocidio del pueblo palestino