
Atento: 180 ciudades de 35 paĆses han vuelto a recuperar el control pĆŗblico de los servicios privatizados en los Ćŗltimos cinco aƱos. Es lo que indica un estudio llevado a cabo por tres ONGās, el Instituto Transnacional, el Observatorio Internacional y Public Services International, sobre la distribución de agua en las ciudades del mundo. El retorno al control pĆŗblico de esos servicios, que habĆan pasado a manos privadas o semiprivadas, se vuelve una tendencia que emerge.
Tome nota de las seis razones que las justifican porque son comunes a las nuestras: la falta de transparencia y corrupción en muchas contratas, el aumento del coste de las facturas que terminan pagando los consumidores; todo ello unido en muchos casos a una insuficiencia de inversiones y a un peor servicio porque lo que parecĆa importar por encima de todo era el beneficio para los accionistas de las empresas.
Entre los que han remunicipalizado se encuentran 81 municipios que pertenecen a paĆses de renta alta, entre los que se encuentran algunos tan importantes como ParĆs, BerlĆn, Budapest, Johannesburgo, Accra, La Paz, Buenos Aires, Kuala Lumpur, Maputo o Atlanta (Estados Unidos). En ese mismo perĆodo de tiempo, solo algunas ciudades de paĆses en desarrollo han seguido el camino inverso: Yeda, en Arabia SaudĆ, o Nagpur, en la India.
Lo mĆ”s significativo es que ese proceso se haya acentuado en los Ćŗltimos tiempos sobre todo en Francia, paĆs donde tienen su sede algunas de las grandes multinacionales del sector como Suez o Veolia, que han tratado de exportar el modelo privatizador a otros paĆses.
El informe, firmado entre otros por Satoko Kishimoto, del Instituto Transnacional, de Amsterdam, no oculta los problemas que han tenido algunos municipios como el de Buenos Aires, que se ha enfrentado a pleitos por ruptura de contrato, o el de BerlĆn, que ha tenido que pagar costos muy elevados por la recompra de esos servicios a dos compaƱĆas privadas.
Pero todos ellos creen que con la recuperación para el sector público de algo tan esencial como la distribución de agua potable se les garantiza a los ciudadanos una mejor calidad y a mejor precio que cuando, por presiones propias o ajenas, pasaron a manos privadas o estuvieron bajo una gestión mixta público-privada.