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Tenía que ser más adelante. Ahora no tocaba dirimir ninguna responsabilidad política o penal, para concentrar todas las energías en paliar el siniestro impacto de la Dana que asoló Carlos Mazón. Hacer piña con el ejecutivo del gobierno central para focalizar los esfuerzos en la tragedia. Luego vinieron los giros de guion. Feijóo llegó a pedir que le quitaran el mando para no verse salpicado por tamaña negligencia. Pero luego decidió huir hacia delante, como aconseja el manual de Miguel Ángel Rodríguez.
El Partido Popular nos tiene acostumbrados a esta negación de las evidencias, como nos recuerdan el accidente del Yak 42 o la masacre del 11M
La diana se clavó en Teresa Ribera, porque había tenido la cortesía de llamar a Mazón. Ahora están demorando los nombramientos de la nueva comisión europea y dando alas al movimiento neofascista que ronda por el Viejo Continente. Todo para evitar que Mazón dimita dándole una coartada digna de un insensible psicopata social. Hay gente que ha perdido seres queridos porque se activaron muy tarde las alarmas. El máximo responsable tenía el don de la ubicuidad. Estaba comiendo en un restaurante para ofrecer un puesto televisivo que sobrepasa sus competencias, pero aseguraba estar informado puntualmente de cuanto sucedía. Esto por pura omnisciencia, dado que no había cobertura en su reservado gastronómico.
Estaba muy cerca del Palacio de la Generalitat, pero el tráfico era muy denso por las lluvias y eso demoró la incorporación al comité que aguardaba su presencia para tomar decisiones, aunque también ha mantenido que no se requería esta. Su consejera ha mentido reiteradamente y le han contestado las instancias difamadas. Mazón ha hecho lo mismo con idéntico resultado. Difícilmente podía cesar a nadie sin reconocer su propia negligencia. Le arropa su partido, como siempre hacen hasta que les explota en la cara su cinismo. Recordemos los casos de Rato, Rita Barbera, Zaplana, Barcenas, Cifuentes o las ranas de Aguirre. Las urnas entierran escándalos como el de los mayores que fallecieron en sus residencias bajo Ayuso y nadie recuerda que Casado se propuso vender la sede por verse asociada con una corrupción estructural.
Carlos Mazón se homologa con el Rey emérito, al reclamar impunidad para sus fatales y lesivos errores. En realidad, se cree por encima del mismísimo Dios
Sin saberlo, Carlos Mazón se homologa con el Rey emérito, al reclamar impunidad para sus fatales y lesivos errores. En realidad, se cree por encima del mismísimo Dios, a quienes algunos filósofos modernos, como Wittgestein, hacían incapaz de atentar contra la lógica y vulnerar el principio de contradicción. Si Mazón suscribe todas las versiones contradictorias y mendaces con que pretende burlar a la ciudadanía, no está en sus cabales o es muy mala gente nada de fiar. En cualquier caso, él mismo se ha inhabilitado para seguir al frente de la Generalitat y esto mismo vale para cuantos le prestan un respaldo político cuya impostura es nauseabunda.
El Partido Popular nos tiene acostumbrados a esta negación de las evidencias, como nos recuerdan el accidente del Yak 42 o la masacre del 11M. Pero es una pésima noticia que ahora le den crédito en Europa y tengan un maestro en La Casa Blanca. Para paliar la catástrofe del 29 de octubre hay una persona que se ha descalificado a sí misma y se llama Carlos Mazón. Aunque no tocaba hacerlo ahora, se ha empeñado en adelantar este calendario y Feijóo se juega su futuro político apoyándole. Resulta muy significativo que Ayuso no diga ni pío al respecto. Bastante tiene con torear sus propias meteduras de pata defendiendo institucionalmente a su pareja sentimental, de cuya actuaciones podría haberse desentendido, salvo que la comprometan personalmente de alguna manera.
