<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=621166132074194&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
lunes. 26.05.2025
ENCUENTRO EN LA CASA BLANCA

Trump despide a Zelenski con cajas destempladas por no humillarse ante su detestable soberbia mafiosa

El desaforado capitalismo especulativo de Trump quiere conquistar los territorios bombardeados del Salvaje Oriente y pretende hacer firmar a Ucrania un contrato abusivo para explotar sus recursos naturales.
TRUMP_ZELENSKI
Trump, con Zelenski (de espaldas) en la Casa Blanca.

Necesitamos tu ayuda para seguir informando
Colabora con Nuevatribuna

 

Cada día nos desayunamos con una nueva ocurrencia del inquilino de La Casa Blanca. Trump está feliz porque ha recibido una segunda invitación de la Corona británica sin precedentes. El primer ministro británico ha calado su mentalidad infantil y se presenta con esa baza para preservar sus relaciones comerciales. La diplomacia mundial debe tomar nota del nuevo argumentario al que debe recurrirse para tratar con el mandatario estadounidense.

Trump ya no recuerda haber tildado de dictador a Zelenski, porque ahora le reconoce poderes para firmar un contrato sobre la explotación de los recursos naturales con que cuenta Ucrania. En principio, se trataba de una oferta para obtener como contraprestación garantías relativas a la seguridad, pero la contra parte lo ve como el simple pago de una deuda y solo dice que no le interesa un conflicto bélico donde sus compatriotas tengan intereses económicos. La doctrina trumpiana es que debe ser Europa quien vele por su vecina Ucrania y apechugue con los gastos, haciendo una curiosa interpretación de las obligaciones bilaterales que comporta el Tratado del Atlantico Norte.

La doctrina trumpiana es que debe ser Europa quien vele por su vecina Ucrania y apechugue con los gastos

Por definición, los contratos deben ser ventajosos para las dos partes y exigen cierta simetría, pero por desgracia no es infrecuente que se den cláusulas abusivas y resulten desproporcionadamente favorables para quien tiene la sartén por el mando. Por su parte, Rusia ha dejado claro que no renunciará bajo ningún concepto a los territorios invadidos, que resultan ser el enclave de muchos yacimientos estratégicos comprometidos en la cesión ucraniana. La paz podría conllevar múltiples recompensas para el país agresor y sentar un precedente atroz para las relaciones internacionales.

Lo sucedido el 28 de febrero en La Casa Blanca ha dejado las cosas muy claras. Zelenski ha recordado que se firmaron los pactos de Minsk con Rusia en 2014 y que pese a ello se produjo la invasión de 2022. Esta constatación fue tomada como una imperdonable afrenta por un Trump que le humilló en público, reprochándole no estar en condiciones de negociar nada y pretender auspiciar una Tercera Guerra Mundial (sic), cuando le corresponde mostrar gratitud a esa Gran América que quiere conseguir la paz hablando únicamente con Putin. El anfitrión echó a su huésped con cajas destempladas y anuló la rueda de prensa conjunta. Felizmente la Unión Europea ha revalidado su apoyo a la vecina Ucrania y hasta Feijó coincide por una vez con esta forma de ver las cosas. 

Sumar un cruel escarnio a una tragedia humanitaria difícilmente homologable nos deja sin palabras para describir una perversión de tal calibre

Paralelamente, nos ha dejado boquiabiertos un vídeo de TikTok realizado por la IA que anuncia una distopía desoladora e inquietante. Unos niños que recorren las ruinas de Gaza se asoman a un lugar paradisíaco donde hay una estatua dorada del presidente norteamericano, por ser el promotor inmobiliario de un lujoso complejo inspirado en Las Vegas. Allí aparece Trump flanqueado por una señorita ligera de ropa y recostado junto a Netanyahu sobre la playa mientras ambos degustan un daiquiri. También se ve al inefable Musk tirando billetes al aire. Sumar un cruel escarnio a una tragedia humanitaria difícilmente homologable nos deja sin palabras para describir una perversión de tal calibre.

Ya están dándose facilidades para un exilio voluntario de quienes quieran abandonar Gaza y dejen el terreno libre para esta esperpéntica operación inmobiliaria. Los colonos estadounidenses hicieron una leyenda de su conquista del Salvaje Oeste, conforme a la cual civilizaron tierras ocupadas por tribus que tenían otros credos y pertenecían a una cultura inferior que mercería verse sojuzgada o aniquilada. Es el modelo que se quiere aplicar en la franja de Gaza. Su diezmada población debe desaparecer y retirarse a una u otra reserva para no seguir molestando al poderoso vecino que quiere colonizar ese territorio. De nuevo se aplica esa suerte de paz romana con tintes económicos que propugna Trump.

Los parias de la tierra no tienen cabida en este Nuevo Mundo del ultra neocapitalismo a lo Elon Musk

Puertas adentro Trump pretende aplicar una política de parecido tenor, al impedir el a los pobretones y fomentar que compren la carta de ciudadanía gente muy adinerada. Por cinco millones de dólares puedes hacerte con una Golden Visa para residir en la Nueva Gran América, toda una tentación para narcos y oligarcas que quieran cambiar de aires. Los parias de la tierra no tienen cabida en este Nuevo Mundo del ultra neocapitalismo a lo Elon Musk. Si no eres multimillonario, difícilmente puedes reivindicar tus derechos por inalienables que sean en teoría, cuando se ven atropellados por la ley del más fuerte. No es ninguna novedad, salvo en la obscena desfachatez con que se presume de comportarse tan vilmente.

Trump despide a Zelenski con cajas destempladas por no humillarse ante su detestable...