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jueves. 29.05.2025
CÓMIC

'Casacas azules': crítica antibelicista con toques belgas

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Pablo D. Santonja | @datosantonja

Las Casacas Azules es una serie de cómics franco-belga que sitúa a los lectores a los tiempos de la Guerra de Secesión en Estados Unidos, y combina hábilmente la acción histórica con un humor característico de esta etapa comiquera. Creada en 1968 por Raoul Cauvin (guionista) y Louis Salvérius (dibujante inicial), y posteriormente continuada por Willy Lambil tras la muerte de Salvérius en 1972, esta serie ha logrado mantenerse por casi cincuenta años. 

La idea original para Las Casacas Azules surgió en un momento en que la editorial Dupuis buscaba una serie ambientada en un contexto militar, ambientada en un contexto de caballería y con un toque cómico. Raoul Cauvin, con un gran talento para el humor y una habilidad excepcional para entrelazar historia y entretenimiento, tomó las riendas del guión. Salvérius se encargó del dibujo en los primeros años, dotando al cómic de un estilo caricaturesco, que desde el inicio le dio a la serie una atmósfera muy especial.

El tono de Las Casacas Azules es una mezcla de comedia y crítica social, con un humor que oscila entre lo absurdo y lo irónico, algo que fue característico de los cómics belgas

Tras el fallecimiento de Salvérius, Willy Lambil asumió el papel de dibujante, y aunque su estilo es más realista, supo preservar la esencia cómica y satírica que Cauvin había creado. Con Lambil, la serie adquirió un tono gráfico más detallado y una madurez artística que elevó aún más su popularidad.

Así la historia se sitúa en plena Guerra Civil estadounidense (1861-1865), centrada en las aventuras del sargento Cornelius Chesterfield y el cabo Blutch, dos soldados del ejército de la Unión (el bando de los “azules”). Ambos personajes representan dos posturas muy diferentes frente a la guerra: Chesterfield es patriota y entusiasta, profundamente comprometido con la causa de la Unión, mientras que Blutch es escéptico, cínico y constantemente busca evadir el peligro. Esta dinámica entre ambos genera una gran cantidad de situaciones, donde el idealismo de Chesterfield choca con el pragmatismo de Blutch.

La historia se sitúa en plena Guerra Civil estadounidense (1861-1865), centrada en las aventuras del sargento Cornelius Chesterfield y el cabo Blutch, dos soldados del ejército de la Unión

A través de sus personajes se logra capturar y parodiar los conflictos y absurdos que rodean a la guerra. En cada aventura, Chesterfield y Blutch enfrentan desafíos y situaciones que van desde combates épicos hasta momentos hilarantes y absurdos, siempre con un trasfondo antibélico y de sátira social. Las historias exploran las dificultades de la guerra, lo vacío de algunos enfrentamientos y los conflictos entre el deber y el deseo de supervivencia, todo ello desde una perspectiva humorística.

El tono de Las Casacas Azules es una mezcla de comedia y crítica social, con un humor que oscila entre lo absurdo y lo irónico, algo que fue característico de los cómics belgas. Uno de los aspectos más interesantes de Las Casacas Azules es su crítica sutil a la guerra y sus horrores, algo que se refleja constantemente en el personaje de Blutch, quien cuestiona la utilidad y la justicia de los conflictos. Además, Las Casacas Azulesaborda la relación de los personajes con la autoridad y las diferencias entre las clases sociales dentro del ejército. Chesterfield y Blutch, a pesar de sus diferencias, deben lidiar con oficiales de alto rango cuyas decisiones muchas veces son cuestionables, y con la burocracia y los desintereses de quienes no enfrentan directamente el peligro. 

Bajo esta premisa Dolmen Editorial nos trae este recopilatorio de tres historias de su etapa moderna, comprendidos entre el 2014 y el 2016, a saber: Por un puñado de verduras, Los cuatro evangelistas y Carta Blanca para un azul. 

Una lectura que, como todo lo belga, emana cierto toque de familiaridad y nostalgia que hace de su lectura algo ágil y muy disfrutable. 

'Casacas azules': crítica antibelicista con toques belgas