Andrés Suárez: “escribir, componer y estudiar es necesario para nutrirme”
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Mauro Nicolás Gamboa
El reconocido musico español Andrés Suárez, nos recibe amablemente en las instalaciones de Penguin en el barrio de Chamberí en Madrid, para hablarnos sobre su nuevo trabajo literario que lleva por nombre “Todavía más allá de mis canciones”. El libro incluye la profundización a través de la pluma de este poeta gallego de canciones de su factoría, historias nuevas y tres temas inéditos con exclusivo mediante un código QR. El intérprete oriundo de El Ferrol se muestra cercano, de buen humor y luce su característica chaqueta de cuero negro, que lo convierte en un héroe del rock, porque como bien sabemos, el rock es actitud.
Mauro Nicolás Gamboa | En primer lugar, gracias por tu tiempo. Eres un poeta, un musico, un artista que no descansa ni un instante. Hacías tu concierto en la sala Libertad 8, participabas del homenaje a Pablo Milanés, te subes al avión para hacer el tour por México, ahora nos presentas el libro; ¿En casa solo paras a comer?
Andrés Suárez | (risas) Ahora estoy en casa, pero estoy trabajando. Me encanta hablar de esto, porque la gente, yo creo, que de algún modo enlaza el que tú estés en casa con el descanso. Yo no he conocido el descanso es mi oficio. No puedo dejar de ir al cine, al teatro, a leer, a tocar el piano cada mañana, a tocar la guitarra, eso para mí es trabajo.
El libro incluye la profundización a través de la pluma de este poeta gallego de canciones de su factoría, historias nuevas y tres temas inéditos
El compositor nos desvela que le apetece recogerse en sus estudios llamados Moraima. Nos cuenta con el brillo y la sinceridad en su mirada que en sus instalaciones escribe, compone y estudia, y todo ello es necesario para nutrirse. Nos habla de la importancia de su amigo y editor Gonzalo Alberti para la publicación del libro, que se encuentra preparando su décimo disco de estudio en su base de operaciones y como ha sido revivir quince canciones que están impregnadas de aromas, sabores, pieles, recuerdos a sus padres, a su Galicia natal y a gente buena, entre otras inspiraciones.
Andrés es uno de esos músicos que da placer entrevistar y las charlas con él duran horas. Muestra su alma al completo y nos realiza interesantes reflexiones. Sobre la escritura sostiene “es un músculo, que como no lo ejercites, estás perdido. Yo jamás acudí a las meigas o las musas, llámala como tú quieras, para ver si me sale un hit, y el resto del tiempo estoy en la playa tomando el sol, porque si eso existiera, trabajaría dos días al año, te lo garantizo, es decir, me voy a vivir y esperamos a que la cuarta luna llena salga. Me da mucha pena que cada vez crea más la gente en los algoritmos, los números y las pantallas. Dudo mucho que los maestros, desde Miles Davis a Serrat, pasando por Pablo Picasso”.
Le realizo una observación sobre las canciones actuales y que opinaría al respecto Johan Sebastián Bach y lo que hacen con su legado artístico sobre el que se cimenta toda la música actual. Al respecto nos cuenta que “hay un vídeo que me encanta en redes sociales. Lo leí en un artículo de un periódico recientemente, que es una entrevista que le hacen al maestro de maestros Antonio Gala, adivinando en el año 90, si no me equivoco, en el año 89 en un programa de televisión, lo que iba a pasar con los teléfonos móviles y demás. Usted podrá tener una maquinita dándole a un botón y descubrir la obra de Lorca, Picasso y tal. Pero presiento que nadie va a darle a ese botón para averiguar la vida de Lorca, Picasso y demás. Nos pasamos nueve horas con un teléfono móvil dándole, haciendo scroll, no es crítica, es autocrítica. De hecho, estoy tratando mi adicción al teléfono móvil, pero estamos haciendo scroll y pasando un tiempo que dejamos de leer, tocar el piano, estudiar, ver a tu familia, ver a tu pareja, a tus amigos, porque estás sentado en una mesa con tu amigo delante haciendo scroll. ¿Qué coño nos ha pasado, con perdón? Tú te imaginas a Serrat escribiendo la obra más importante en castellano, que es Mediterráneo, pensando a ver si la IA le iba a hacer. Por el amor de Dios, ¿no? Entonces, ¿qué te apena de todo esto? No quiero parecer aquí un carcamán hablando mal del avance en la tecnología, ¡es maravilloso! Pero creo que es maravilloso como herramienta. Mucho cuidado, porque no se está utilizando siempre como una herramienta…Me preocupa mucho, sinceramente. Yo estoy en extrema alerta”.
Mauro Nicolás Gamboa | Entonces, cuando desempolvas tus herramientas, dices, pues voy a escribir, voy a mostrar otras 15 canciones más, de todas esas historias, como bien mencionas tú, de ese aroma, de ese perfume, de esa madera, de ese olor a salitre, a plaza, a mar de tu tierra natal.
Andrés Suárez | ¿Sabes lo que pasa? Que no tengo nada que ocultar. No me he encontrado a personas de las que no, esto que dices, no puedo ni hablar de, por suerte, he encontrado a gente acojonante. Lo digo de verdad. A veces se termina mal una amistad, una relación, pero son, creo que personas con un corazón formidable y, yo hablo de eso. ¿Qué sucede? Que cuando hay dolor, ruptura, llanto, oscuridad, negrura, a la gente le encanta, a todos nos encanta, ¿no? Entonces, claro que revivo un fuego apagado porque me interesa, porque es nutritivo para el lector o para el oyente. Ha habido cosas que no he podido contar, y canciones que no están dentro de esas 15, porque ni yo me atrevo a recordar, ¿no? No todo es tan bonito como sale en Netflix, pero de verdad que hago balance en mi vida, y puedo recordar Calella de Palafrugell, Benijo de Tenerife, Pregonda de Menorca, y joder, vaya noches, vaya momentos, ¿no? Entonces, creo que, espero no equivocarme, con el permiso de esa protagonista, o ese protagonista, recuerdo esa noche a un diario público. Yo creo que me gustó mucho lo que dijiste antes, saco las fotos, los momentos, las notas, y lo haces público. No tengo nada que esconder, más bien es al revés, mucho de que presumir.
En relación a su devoción por su irado Robe Iniesta, le comentó si se ha dado cuenta que hay un cierto paralelismo, porque el otrora líder de Extremoduro, también ha publicado un libro, a lo que me responde que sobre el texto que no fue natural y que Gonzalo Alberti, editor del libro tiene mucho que ver. Cuenta la anécdota de la llamada de Víctor Manuel sobre su canción Rosa y Manuel y como una cosa llevó a la otra. Comenta que “con mucha paciencia, mucho mimo y cuidado de mi equipo, y tiempo para uno, comencé a escribir, a ver qué pasaba. Me acuerdo de mis abuelos, de esta chica en Bruselas, etc. Empiezas a ejercitar la memoria. Insisto, son vivencias muy personales, reales, intimistas. Esto fue, no. Corriges tu propia memoria. Porque como escritor, tú que amas la palabra (me señala), sabes que es bien distinto rellenar un folio en blanco a rellenar una canción que tiene su truco, su método y sus atajos. Estrofa, verso, puente, estribillo, rítmica. Sabes hacerlo, dura cuatro minutos, sabes hacerlo. El libro es infinito, no tienes ninguna ayuda ante el folio en blanco. A ver dónde te agarras, dónde lo revisas. Reviso mis canciones y no siento vergüenza. Me puede gustar más o menos, pero forman parte de mi estilo. De repente tú revisas lo que escribes hace un mes. Un folio en blanco y dices, y digo esta palabra cuatro veces en un verso. Si esto lo dije en la página 22 y no me acordaba.Sabes de qué te hablo. Eso es acojonante. Es recomendable para toda persona que escribe, que publique”.
Es como bien decía Mario Vargas Llosa, no hay mayor miedo para la pluma que enfrentarse al folio en blanco.
Creo que es algo que no se valora lo suficiente para vosotros que escribís (refiriéndose a mi). Y es para que os hagan un altar. ¿Cómo te levantas a seis de la mañana, tomas un café? Claro, porque yo sí tengo que hacer una canción y no me sale algo, me siento con un instrumento musical que habla por ti. Con una métrica, con una percusión. Venga, ya vamos, esto está pillando forma. El folio en blanco es el silencio. Entonces es muy, muy difícil.
¿Puede ser que a veces los recuerdos, como bien comentabas tú, mientan un poco?
Absolutamente. Tengo una canción que sale en este libro, se titula “No te quiero tanto”. Porque cuando repasas la historia, dices, pero si yo no te amaba con locura que me iba a morir. Espera un momento que me muero por ti. Ah, pero estoy vivo. Ah, que no me morí al final por ti. Claro, nos encanta esa hipérbole, esa exageración. Y en ese momento no dudo que creamos que nos morimos por alguien y nos faltan los hechos. Sobre todo, porque somos intensos. Pero, joder, no es para tanto. Entonces, recordar a veces es eso. El tiempo te brinda una perspectiva absolutamente magistral.
Seguramente los dos enemigos más grandes de los libros sean el olvido y el fuego. Ahora presentas tu segundo escrito y tengo la sensación, de que va a haber un tercero. Colaboraciones del calibre de Luis García Montero, Víctor Manuel o Rozalén entre otros, que los hacen volcándose de corazón.
Lo único que yo me llevo, Mauro, de mi carta final, si tuviera que escribirla, me siento muy querido. Eso me dan ganas ahora de emocionarme diciéndotelo. ¿Quién quieres que esté en el libro? ¿A quién podemos llamar? Pues a mí se me ocurre Ana Milán, que supuestamente creo que no escribe libros, pero me parece una filóloga, filósofa, poetisa, o sea, me parece alguien de quien aprendo tanto. Y la llamé y me dijo, ¿cuándo y dónde? Un humorista que me hizo llorar de risa en la pandemia, Dani Rovira, quería agradecerle de algún modo, Andreu Buenafuente, ¿cuándo y dónde? Entonces, ahí sí reconozco que llamé a mi editor llorando y diciéndole, ¿qué coño pasa aquí? Y sentirse querido y arropado en tu oficio es importantísimo, porque hoy todo, como bien dijiste, como hablábamos antes, son cifras o bien reales o bien etéreas, efímeras, que son de pantalla. Entonces, este libro sabe de todo menos de cifras. Es más, sé que se publica este libro sin saber si se va a hacer un superventas o no va a vender mucho, pero el cariño que hay detrás, lo convierte en éxito.
Ante la consulta de si las canciones ayudan a sanar heridas, es contundente es su respuesta: “Absolutamente”. Amplia su reflexión sosteniendo que “es una visión amiga y esa compañera la que te dice, vente para aquí, que no es para tanto, y que te estás yendo a un lugar oscuro muy peligroso. Porque creo que el autor tiende, espero no generalizar, desde luego en mi caso sí, al cavar hacia abajo, al retroalimentarse en el dolor. Déjame un ratito más llorar que me va a salir un José Alfredo Jiménez. Déjame encerrarme en un bar cuatro noches más. Ese compañerismo de mano que te dice, sal de ahí. Aquella persiana bajada de estudios Moraima en la que yo escribía llorando, deprimido. Me encantaba aquel dolor porque me producía canciones que eran buenas. Me sirvió. Esa mano amiga te dice, te estás perdiendo. Vuelva usted a la luz. La vida es jodidamente maravillosa. Si no lo aprendemos después de una pandemia mundial, es que somos idiotas. Somos supervivientes los que estamos aquí en este salón reunidos. Disfrútenosla al máximo”.
Le consulto si del dolor habrá canciones, “por supuesto” me confirma. Profundiza al respecto “soy una persona que tiene una carga melancólica. Vengo de Pantín, de Ferrol, donde llueve todos los días del año. Melancolía hay en mi voz. Te lo garantizo. Cuando nos cuesta ver el sol, este paisaje que estoy viendo ahora, claro que hay melancolía y dolor. Pero ojo con el personaje. Dice Iván Ferreiro, el equilibrio es imposible. Igual tiene que andar ahí”.
Me imagino que cuando uno está haciendo ese trabajo, piensa, reflexiona y hace un ejercicio interior de decir cómo cuento esto. Porque unas veces los artistas, los poetas como vosotros, tenéis la idea muy clara en la cabeza, pero luego a lo mejor es un trabajo extenuante poderla plasmar y poderle contar al lector, en este caso, esa idea, esa referencia, esa inspiración, esa experiencia vital, esa imaginación que uno tuvo, ese sueño.
Me parece una gran pregunta, pero se seré escueto. Lo único que me preocupa es la verdad, no la forma.
Nos adelanta con una pincelada sobre su nuevo trabajo de estudio que “va a sorprender mucho, porque hay auténticas frases al corazón, directas, sin medir, que hasta a mí me sonrojan cuando las oigo, pero me encantan”.
Tu libro lleva la frase más allá. ¿Qué hay más allá?
Se dicen de las canciones que no debieran ser presentadas, o narradas, o contadas, o desnudadas, porque la propia canción ya es eso. Yo no estoy de acuerdo, yo no estoy de acuerdo. ¿Qué hay más allá de Rosa y Manuel y el Alzheimer de mi abuelo? Escribir cómo le dejaba notas arrugadas debajo de la mesilla a mi abuela, cómo plantaba rosales blancos y a qué hora. Estoy yendo más allá de lo que ya la propia canción desnuda, pero es que mi abuelo se lo merece y mi abuela también.
En este nuevo libro también le regalas a tus lectores, a tus oyentes, tres canciones. ¿Esas composiciones han sido específicamente compuestas para esto? ¿Las has sacado del baúl de los recuerdos?
Creo que son canciones de las que dudé en su día y necesitaba que el público me reafirmara o me aceptara de algún modo. Hay canciones que voy a defender hasta mi muerte por la intensidad que me caracterizan y otras de las que dudo. O no veo tan claras, o por ejemplo no suenan en casa. Pero, a veces le digo a los amigos, ya que llevamos tres vinos, ¿bajamos ahora y te pongo un tema y me das tu opinión? Y estas nunca fueron de las claras. Sin embargo, necesito que el público las oiga. No sé bien por qué. Tal vez lleve algo de mí de lo cual me quería desprender.
El chico delete (en referencia a la tecla del ordenador que borra) siempre está cerca le comento y esto desata nuevamente le sonrisa en Andrés ante lo que me responde “no sé si soy bueno escribiendo, pero soy bueno borrando.Borro muy bien”. Manifiesta este poeta gallego universal su cariño por Madrid y el recorrido de la conversación nos lleva nuevamente hasta su álbum, el cual será el número diez en su carrera. Haciendo un símil con el futbol le comento: la pelota siempre tiene que ir al 10. ¿No? (se ríe Andrés ante la expresión) y me comenta que “me encanta, me encanta.Me lo apunto por si acaso me hace falta alguna canción, te lo voy a copiar”.
Reiterándote mi agradecimiento por llevar el arte a otro nivel y deseándote éxitos en tu nuevo libro; Andrés, ¿Para qué y por qué, tus seguidores deberían leer “Todavía más allá de mis canciones”?
Para no sentirnos solos en estos tiempos de pantallas y porque nacieron para ser rescatadas y compartidas estas historias.