La identidad de la Silvia Albert Sopale(San Sebastián, 1976), la forman varias capas que la llevan a la Nigeria de su madre, en la Guinea de su padre, en la capital guipuzcoana que la vio crecer y en la Barcelona del aquí y el ahora. "Nací y crecí en un país donde no se me reconoce la nacionalidad por mi tono de piel", dice. Este sentimiento fue lo que la llevó a explorar desde el teatro su negritud y su historia con obras como 'No es país para negras' y 'Blakface'. Sopale mezcla su faceta artística con el activismo ligado al feminismo antirracista y transinclusiu. Es cofundadora de Tinta Negra, colectivo de actrices, actores y artistas de la diáspora negra en Cataluña; de Hibiscus, Asociación de Afroespanyoles y de Afrodescendientes, que organizan el proyecto Black Barcelona, y socia de tictac
Una mujer afrodescendiente, hija de una madre de Guinea Ecuatorial y de un padre de Nigeria. Para mí es muy importante que se me reconozca con el segundo apellido, Sopale. Primero, porque Silvia Albert es un nombre que podría ser el de cualquier catalana o española y es mi segundo apellido que determina que mi identidad va más allá, me exotiza. Yo soy afrocatalana.
También eres dramaturga, directora, actriz y activista .

"Necesitamos que los medios, los teatros, la televisión, las librerías, se llenen de cuerpos negros y de apellidos diversos"
Cuando en 2016 presentaste 'No es país para negras', decías que el pulso creativo era la incomodidad. España no es un país para negros?
¿Qué es "ser una mujer negra en España", como dice el libro de la también activista Desirée Bela?
En una entrevista comentabas que se necesitan referentes aquí y ahora para las niñas y para los niños, que las mujeres afro 'durante mucho tiempo te has reflejado en los Estados Unidos.
Hay que buscar los referentes en algunos ámbitos porque hasta ahora nos hemos reflejado en nuestros familiares: nuestras madres, abuelas ... Los referentes ya están, pero no se visibilizan. Esta es una de las tareas que hacemos en Afroféminas, Black Barcelona o Tinta Negra, donde denunciamos una situación de infrarepresentación de mujeres y de hombres racializados. Estamos, pero no se nos ve. Necesitamos que los medios, los teatros, la televisión, las librerías, se llenen de cuerpos negros y de apellidos diversos. Basta de Puig, Bosch y Alsina!

"Somos 'racializadas' porque no somos blancas"
En el caso del festival Black Barcelona , un espacio de debate, de arte y de gastronomía en torno a la comunidad afro ', lo que hace es visibilizar desde la cultura como catalanes o afrocatalana a la vez que tejer redes con aliados y aliadas blancas.
Reivindicas el uso del concepto 'negritud'. Sin embargo, algunos medios y colectivos empleamos el concepto 'personas racializadas'. ¿Qué piensas?
Me parece un eufemismo que desvirtúa y destruye toda la heterogeneidad. ¿Somos racializadas porque no somos blancas" para que nunca más vuelva a ser un insulto, porque no me lastime. Debemos trascender el concepto para construir nuevas identidades.
¿Cuál debe ser el rol de las personas blancas en los espacios de reivindicación negra como el actual #BlackLivesMatter? ¿Cómo podemos ser buenos aliados sin ocupar su espacio?

"La violencia racista no entiende de clases, aunque se agudiza más contra las personas de clases sociales más bajas"
Nos hacía falta una revuelta como la que ha comenzado con los hechos de los Estados Unidos después de la muerte de George Floyd para darnos cuenta que el racismo es estructural y está extendido peligrosamente?
Os hacía falta a vosotros; nosotros ya lo sabíamos. Hace años que los cuerpos negros somos reprimidos. En España están los centros de internamiento de extranjeros (CIE), Tarajal ... Esto no lo hemos olvidado.
Quizá necesitábamos una imagen, un asesinato ante nuestros ojos.
Consideras que en la violencia racista también hay un componente de clase?
La violencia racista no entiende de clases sociales, aunque se agudiza contra las personas de clases sociales más bajas. Quizás las de clase alta sufrirán menos racismo porque tienen más poder adquisitivo, pero esto no les ahorrará situaciones racistas. Hay una anécdota de la gran presentadora estadounidense, Oprah Winfrey que lo ilustra muy bien: un día entró en una tienda en Suiza y la dependienta se negó a enseñarle una bolsa porque consideraba que no podía pagar y la tomaron por ladrón. Winfrey es negra, sí, y una de las personas más influyentes y ricas de Estados Unidos.
El racismo está en todas partes, también en nuestro país, como hemos visto esta semana con el caso de Iliass Tahiri .

"Quiero hablar de mujeres negras con un discurso vital, de empoderamiento no sólo desde el racismo y la denuncia"
En tus apariciones públicas repites que a nuestros hijos los estamos dejando en herencia la indignación y la lucha pero que quieres dejarles también la belleza.
Cada día me pregunto cómo les podemos dejar belleza. Yo me levanto de buen humor y a lo largo del día me enfado cuando escucho las noticias, miro las redes ... Todavía no tengo la respuesta; así y todo, a raíz de los incidentes de los Estados Unidos nos hemos encontrado con la comunidad afrodescendiente de Barcelona para darnos apoyo y para hacernos visibles y ha habido momentos muy bonitos de compartir el dolor y la rabia.
Tú eres activista. La lucha política antirracista y transfeminista también puede ser bella.
Me alegro, que lo veas así. Quizás sí. Ahora tengo un proyecto entre manos a través del cual quiero hablar de mujeres negras con un discurso vital, de empoderamiento no sólo desde el racismo y la denuncia. Un proyecto de belleza, espero.
Texto Nieves Molina. Fotos Iván Gimenez. Publicado en Critic con Creative Commons (BY NC SA)