
Necesitamos tu ayuda para seguir informando
Colabora con Nuevatribuna
Es muy probable que un análisis a fondo de la mente de algunos políticos, por supuesto también de gente como tú o como yo, pondría en evidencia, o aun mejor expresado, permitiría que aflorara una nostalgia latente de retorno a tiempos pretéritos, tiempos que la mayoría no pudieron conocer por ser demasiado jóvenes.
Estoy seguro de que muchos habréis sumado ya dos más dos y llegado a la conclusión de que los tiempos pasados a los que aludo en el párrafo anterior son los del franquismo, una dictadura como la copa de un pino ante la que miraron hacia otro lado los mismos países democráticos que derrotaron al fascismo europeo liderado por dos aliados de Franco: Hitler y Mussolini.
Viene todo esto a colación de un par de fotos que un amigo acaba de publicar en Facebook, dos fotos en las que aparecen, muy favorecidas dos personas a las que el presidente de la Comunitat Valenciana, Carlos Mazón, ha otorgado una vicepresidencia, bien en un pasado reciente o bien en la más palpitante actualidad.
Una de estas personas es un torero retirado (cuya vicepresidencia fue fugaz) Vicente Barrera, y la otra un militar de muy alta graduación, actualmente en la reserva, a quien Mazón acaba de ofrecer una vicepresidencia.
No creo que los más propensos a la chanza fácil y a la broma inocente pongan pegas si me da por decir que muchos de los neofascistas que ahora pululan por nuestra querida España disfrutarían con un sueño lúdico, tan emocionante como patriótico, en el que una comunidad autónoma (y no digamos ya el gobierno central) tuviera a un vicepresidente torero y a otro militar. Y si me apuráis, imagino que si una tercera vicepresidencia se la concedieran a un obispo, el sueño lúdico acabaría en un húmedo final feliz.
Francisco José Gan Pampols ha impuesto la condición de “no aceptar órdenes políticas ni partidistas”
En fin, no quiero entrar en detalles porque, más que un artículo, esto es sólo un desahogo, pero sí me gustaría que os plantearais los pros y los contras que podría traer a los valencianos la decisión de Carlos Mazón de otorgar una vicepresidencia a un teniente general retirado, circunstancia que se ha dado en la persona de Francisco José Gan Pampols, un señor del que nada sé ni nada tengo que censurar, pero sí me hace considerar muy seriamente que centralizar todas las acciones del Consell encaminadas a la recuperación y normalización económica y social de la provincia de Valencia en los municipios afectados por la riada del 29 de octubre, es algo que exige mucha, muchísima experiencia en estas lides.
Sin embargo, esta mañana, en una tertulia radiofónica para mí fiable, se ha especulado con el nivel de capacitación de este militar que para aceptar la designación de tan importante cargo ha impuesto la condición de “no aceptar órdenes políticas ni partidistas”, un requisito que de entrada se presta a varias lecturas y que mi piloto automático subliminal me ha traído a la memoria a aquel Jefe de Estado que en cierta ocasión dio a alguien el siguiente consejo: “haga como yo y no se meta nunca en política”.
Respecto al obispo, por ahora guardaré silencio, pues los sueños sueños son.
Cuidáos mucho y velad sin cesar, pues nos aguardan tiempos difíciles.