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miércoles. 28.05.2025
MUJERES EN LA CIENCIA

Priscilla Wakefield, la mujer que creó la primera caja de ahorros para mujeres y niñas

La divulgadora británica que en el siglo XVIII se atrevió a poner el conocimiento científico al alcance de las niñas.
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Priscilla Wakefield.

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Cada 12 de mayo se celebra el Día Internacional de las Mujeres Matemáticas, una fecha instaurada por primera vez en 2019 como iniciativa del Comité de Mujeres y Matemáticas de la Sociedad Matemática Iraní. La propuesta nació durante el World Meeting for Women in Mathematics, en el marco del Congreso Internacional de Matemáticos de 2018. ¿Por qué ese día? Porque un 12 de mayo nació Maryam Mirzakhani (1977–2017), matemática iraní y primera mujer en recibir la prestigiosa Medalla Fields. Este día, entonces, es un homenaje a ella y a todas las mujeres que, de un modo u otro, han contribuido al avance de las ciencias matemáticas. Hoy queremos recordar a una de esas mujeres pioneras, aunque desde otro frente: la divulgadora británica Priscilla Wakefield, que en el siglo XVIII se atrevió a poner el conocimiento científico al alcance de las niñas.

Priscilla Wakefield (1751–1832) fue una de esas pioneras. Escritora, cuáquera, activista social y divulgadora científica, dedicó gran parte de su vida a promover la educación de las niñas, abriendo caminos que aún hoy siguen siendo esenciales.

Nacida en Londres en el seno de una familia cuáquera, Priscilla Bell (su apellido de soltera) Priscilla, desde joven mostró una sensibilidad especial por la justicia social, y una gran curiosidad por los temas científicos y educativos.

En una época en que la educación científica estaba reservada casi exclusivamente a los varones, Wakefield escribió libros de divulgación científica específicamente pensados para niñas. Obras como An Introduction to Botany, in a Series of Familiar Letters (1796) o Mental Improvement: Or the Beauties and Wonders of Nature and Art (1794) combinaban rigor y claridad, presentando conceptos científicos en forma de cartas o diálogos familiares. Con ello, acercó las ciencias naturales, la astronomía y la geografía a jóvenes lectoras que hasta entonces apenas tenían a esos saberes.

El canon científico ha sido tradicionalmente despiadado con las mujeres que no encajaban en el molde del genio solitario. A Wakefield se la ha ignorado durante siglos por no ser matemática académica, ni investigadora de laboratorio. Pero su labor divulgadora fue fundamental para despertar vocaciones científicas femeninas en una época en que eso era casi impensable. Su figura merece un lugar en la historia de la ciencia por su contribución a democratizar el conocimiento.

Además de escribir sobre ciencia, Wakefield fundó la primera caja de ahorros para mujeres y niñas en 1798, en una época que las excluía legalmente del manejo del dinero. Lo hizo desde el aula, no desde la banca, con visión ética y sin ánimo de lucro, convencida de que la autonomía económica era también una forma de emancipación. También creó escuelas para niñas pobres y apoyó numerosas iniciativas filantrópicas. Su vida es un ejemplo de compromiso con la igualdad de oportunidades. Hoy, que celebramos a las mujeres matemáticas, recordamos que sin mujeres como Priscilla Wakefield muchas no habrían tenido la posibilidad de formarse y brillar en ese campo.

No todas las pioneras llevaban bata blanca ni resolvían ecuaciones imposibles. Algunas, como ella, abrieron caminos con libros, con palabras sencillas, con convicción firme. Recordarla hoy es también ampliar el concepto de lo que significa hacer ciencia: enseñar, divulgar y dar a quienes habían sido excluidas.

Priscilla Wakefield, la mujer que creó la primera caja de ahorros para mujeres y niñas