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jueves. 29.05.2025
ARGENTINA

El libro "El goce de la crueldad" analiza la Argentina de Javier Milei

“Estamos viviendo en la Argentina un estado de excepción”.
milei

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En el primer capítulo del libro, titulado El porqué de este libro, los editores escriben que “Estamos viviendo en la Argentina un “estado de excepción”, según el término usado por Giorgio Agamben. A lo largo de la historia, numerosos acontecimientos muestran el uso de la crueldad por parte de la naturaleza humana; el genocidio de los pueblos originarios de América, el de los armenios, el nazismo en Europa, la dictadura cívico-militar en Argentina. Sin embargo hay algo novedoso: los hechos citados fueron ocultados, muchas veces negados o justificados como consecuencias no deseadas. Es difícil encontrar ejemplos del uso desinhibido de la violencia y el odio, el regodeo obsceno y el goce sádico de la crueldad  llevado a cabo públicamente por aquellos que deberían tener la responsabilidad del cuidado del pueblo, tal como está ocurriendo con el gobierno de Milei. Lo más grave es que esta situación se va asumiendo y naturalizando en la sociedad al no contar con herramientas suficientes para contrarrestarla. Hay cierta resignación y atontamiento, en algunos sectores, una aceptación de las políticas antipopulares y autoritarias de este gobierno de MIlei: criminalización de las protestas, eliminación de planes sociales y distribución de alimentos en comedores populares, descapitalización de la sanidad y educación públicas, incluida la censura y la persecución tanto política como ideológica.

Antecediendo al texto reproducido hay una poesía de gran calado ideológico de Pier Paolo Pasolini.

VIVA LA LIBERTAD

Si no se grita viva la libertad
Humildemente
No se grita viva la libertad.
Si no se grita viva la libertad
Riendo
No se grita viva la libertad.
Si no se grita viva la libertad
Con amor
No se grita viva la libertad.
Vosotros, hijos de los hijos
Gritáis con desprecio
Con rabia, con odio
Viva la libertad.
Por eso no gritáis
Viva la libertad.

Tal poema lo recitó Pasolini de La rabbia, un documental de 1963. Se trata de una película de montaje hecha con imágenes del noticiero cinematográfico Mondo libero, a las que Pasolini les puso un texto en off. Parece que el poema en cuestión estaba dirigido a los participantes de la Revolución húngara de 1956, un levantamiento en contra del gobierno prosoviético que fue aplastado a los pocos días, y a sus simpatizantes en Roma y París.

El uso de la palabra “libertad” por Milei, Trump, Bolsonaro, o Ayuso supone una auténtica perversión del lenguaje

Quiero fijarme especialmente en que determinados políticos actuales gritan con desprecio, con rabia y con odio Viva la Libertad. Estamos hablando de MIei su grito “Viva la libertad, carajo” transmite desprecio, rabia y odio hacia determinados colectivos. Es una arenga que suele proferir, que le funciona como un imperativo que, paradójicamente, produce en lo social un malestar desregulado y generalizado que nada tiene que ver con la libertad. Porque, si todo está permitido para los poderosos, nada está permitido para los comunes de la sociedad. Se trata de un imperativo que se traduce como “arréglate solo, carajo”, que tiende a la desintegración del orden comunitario y a la desaparición de la solidaridad. El uso de la palabra “libertad” por parte de Milei, Trump, Bolsonaro, Isabel Díaz Ayuso supone una auténtica perversión del lenguaje. Alf Ross, un jurista escandinavo, en su libro¿Por qué democracia?, de 1952, decía de la libertad que «difícilmente haya otra palabra utilizada tan extravagantemente, tan ensalzada y loada, pero que al mismo tiempo sea tan carente de un significado claro y preciso. Libertad es una de esas palabras sonoras cargadas de sugestión, a las que se recurre más bien para despertar sentimientos en el ánimo que pensamientos en la cabeza».

La obra establece como punto de análisis la contradicción en cuanto a la imagen de un gobernante real, el cual debería "trabajar para el desarrollo común, afianzar la paz interior y la justicia como valores en la comunidad". Además profundiza en el análisis del fenómeno político y social generado por la ascensión de Javier Milei a la presidencia de la nación. La publicación propone "considerar si puede el sistema normativo argentino tolerar la implementación de una política de la crueldad, en contradicción con los fines tenidos en cuenta en el propio Preámbulo de su Constitución Nacional". El libro ofrece una mirada crítica sobre la figura de Milei, considerando el contexto de su ascenso y la repercusión de sus propuestas. Desde su estilo confrontativo hasta las medidas económicas y sociales que han sido presentadas, el texto explora cómo estos elementos se interrelacionan con un sentido de "goce" ante la crueldad, como sugiere el título. Esto hace referencia no solo a la dureza de las políticas de Milei, sino también a una cierta fascinación por la ruptura de convenciones sociales, económicas y políticas tradicionales.

El goce de la crueldad

Los autores, no solo abordan las medidas que Milei ha propuesto para enfrentar la crisis económica, sino también los modos en que estas propuestas han impactado en el tejido social argentino. En este sentido, el libro se convierte en una herramienta esencial para comprender los desafíos del presente argentino y cómo se está construyendo el futuro del país bajo la presidencia de Milei.

El texto propone entre otros, los siguientes capítulos: "Ningún pibe nace Milei", de Juan Luis González; "Milei, un necropresidente. El goce de dañar" de Carlos Rozanski; "La celebración de la crueldad" de Huco Presman; "La crueldad que nos gobierna", de Dora Barrancos; Trilogía de Santiago Lavin; "La Libertad Avanza y el goce de la crueldad" de Nora Merlin; "El desafío ético ante un Gobierno que promueve abiertamente las pasiones tristes" de Enrique Carpintero; "Entre el dolor y la furia" de Alfredo Grande; "Lo nazi y el neofascismo del siglo XXI" de Julián Varsavsky; “Cartas crueles de Francisco “Paco” Olveira; “Entramar lo humano ante los goces de la crueldad” de Julieta Calmels; “Notas sobre la pasividad argentina. Sobre asumir la propia crueldad o entregarse como objeto de sacrificio  en el goce del Otro” de Sergio Zabalza; “El fascismo ya es mafia” de Rocco Carbone.

Los títulos de los artículos de los diferentes autores son suficientemente explícitos. Me fijaré en algunos de ellos. En “ Milei, un necropresidente. El goce de dañar" Carlos Rozanski cuenta cómo los millones de kilogramos de alimentos acumulados en el Ministerio de Capital Humano, retenidos por decisión del presidente Milei, agravan la situación de indigencia de los sectores más necesitados de la comunidad, que requieren que lleguen a los comedores. Esta situación, mantenida pese a las advertencias judiciales recibidas por la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, muestra la catadura moral, plena de crueldad, con su correspondiente goce de Milei. A la vez ante tanto sufrimiento acumulado aparecen imágenes chabacanas  de encuentros televisivos de MIlei y sus ocasionales parejas, besándose apasionadamente y simulando un estado de felicidad que solo los alcanza a ellos y a sus cómplices. Milei está causando una tragedia social para la que previamente ha definido quiénes vivirán y quienes morirán. Es un ejercicio claro de necropolítica, concepto creado por el camerunés Aquiles Mbembe, que es una suerte de tecnología del poder, cuyo objetivo es la regulación de las poblaciones a través de la producción de sujetos disponibles y desechables. En Argentina, de no ponerse coto, Milei con el delirio de ser un enviado de Dios, logrará reemplazar el modelo actual de Estado democrático e inclusivo, por uno solo integrado por lo que los libertarios llaman gente de bien; blanca, rubia y de ojos celestes; libre de peronistas, zurditos, LGBTQI+ y personas viejas o con discapacidades. Lo más grave, siendo ya suficientemente grave lo descrito es que esta actuación cruel, sádica es jaleada por una parte importante de la sociedad argentina. Es eso que algunos sociólogos llaman “solidaridad negativa”, la idea de que hay dispuestas personas a pasarlo mal siempre, cuando el que está al lado se encuentre igual de mal. Y si está peor, perfecto, porque siempre hay un grupo dispuesto a acompañar al líder que garantice este estado de situación.

En Argentina, de no ponerse coto, Milei con el delirio de ser un enviado de Dios, logrará reemplazar el modelo actual de Estado democrático e inclusivo, por uno solo integrado por lo que los libertarios llaman gente de bien

Santiago Levín en su capítulo “Trilogía” escribe que "el problema con Milei no es su supuesta locura", sino "las políticas que implementa" porque su plan de gobierno es a conciencia y, de esa manera, debe asumir la responsabilidad que implican las decisiones crueles que toma. La idea es que no se convierta en un "juicio psiquiátrico", pero sí en una evaluación ciudadana de sus acciones de gobierno. En lugar del juicio psiquiátrico, le parece más interesante pensar en un juicio político. No le parece que sea bueno el camino de tratarlo de loco, por dos razones. Primero, porque todos los profesionales de la salud mental venimos trabajando y militando, nos dice, desde siempre contra la estigmatización. Entonces, una persona con un padecimiento mental no deja de tener ninguno de los derechos que tenemos todos los demás, incluso el derecho a ser elegido como presidente o presidenta. Entonces, meternos por ese camino nos coloca frente a una contradicción con nuestro propio discurso. Eso por un lado. Por el otro lado, le parece que estratégicamente, desde lo político, es una mala idea porque lo victimiza y le permite tener un instrumento argumental más a su favor. Y para cerrar muy rápidamente esta idea, señala que la crueldad no es el objetivo de este gobierno, sino que es un instrumento. El objetivo de este gobierno está bastante claro: disminuir lo más posible el tenor de la democracia y concentrar la riqueza cada vez en menos manos con el hambre creciente del pueblo. La crueldad y la violencia terminan siendo un instrumento estratégico que genera parálisis, una especie de anestesia subjetiva que favorece una menor resistencia en la aplicación de políticas claramente antipopulares.

También es muy interesante el capítulo titulado de Cartas crueles del cura Francisco “Paco” Olveira dirigidas a Milei, Pettovello, ministra de Capital (In) Humano y Benegas Lynch, un economista referente de Milei.  Fueron publicadas en distintos momentos del año 2024 en Página 12. En ellas el mensaje es suficientemente claro: es imposible ser cristiano y libertario. El centro del Evangelio es la compasión, es decir, padecer con; lo contrario del Evangelio es pasar de largo y no pararse a levantar al herido tirado en la vera del camino (Lucas 10,33,37), La cuarta carta, dirigida al Papa Francisco, nunca vio la luz.

La escena de entrega de una motosierra por parte de Milei a Musk, es todo un ejemplo de crueldad, de sadismo y de maldad

Según el politólogo Ezequiel Ipar en la Argentina actual Milei utiliza el símbolo de la brutalidad de la motosierra. La escena de entrega de una motosierra por parte de Milei a Musk, es todo un ejemplo de crueldad, de sadismo y de maldad. Para combatir la crisis económica, su gobierno ha iniciado una batalla cultural normalizando prácticas y discursos crueles, que humillan y provocan a sus víctimas sufrimiento con premeditación y alevosía. Tales prácticas y discursos crueles, hasta hace poco eran marginales e inimaginables. Y lo hace incrustándolos en la opinión pública y en las mismas entrañas del Estado democrático. Por ello, puede hablarse ya de un nuevo concepto de democracia, la democracia cruel, que es un régimen político diferente al de las democracias neoliberales. El dolor que infligen al cuerpo social ya no se justifica como algo no deseado; ahora se legitima desde el poder asignando características culturales negativas a quienes lo padecen. En un contexto de múltiples crisis, Milei usa este tipo de estrategias de legitimación para presentar las políticas que promueven la justicia social y los derechos humanos como responsables de los malestares subjetivos que genera la crisis, y ha logrado con relativa eficacia despertar adhesión hacia posiciones ideológicas autoritarias . Y además es condecorado fuera de Argentina. Y quien lo condecora cabe pensar que se adhiere a sus políticas. Algo que a los españoles y a los madrileños no les debería pasar desapercibido.

El libro "El goce de la crueldad" analiza la Argentina de Javier Milei