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Majestad, escuche el lamento de los compatriotas que fueron vilmente olvidados:
Españoles en Mauthausen (Austria). Honor y respeto por estas y estos luchadores por la Democracia y la Libertad contra el fascismo y el nazismo asesinos. Se hace necesario algún recordatorio histórico para nuestro Rey; lo emito no vaya a ser que sus preceptores educativos, de gramática latina y parda, pudieran, en su día, haber omitido estos hechos: 9.328 españoles en los Campos de Concentración y Exterminio Nazis, más de la mitad encerrados en el Campo de Mauthausen-Gusen, 5.185 asesinadospor la vesania, la brutalidad y la saña de los ignominiosos SS, Gestapo y demás indeseables carceleros.
¿Va seguir usted yendo, cada agosto, a París para ver de cerca lo que significó la lucha de republicanos españoles en la liberación de Paris, y su irable combatividad contra el nazismo en Francia? Otros sapitos
Sólo sobrevivieron 3.809 compatriotas, se contabilizaron 338 desaparecidos. Un estadista tan preparado con usted no puede desconocer causas y efectos. Indudablemente que la Escolástica que su Majestad Real aprendió, fiablemente con buenas notas, cuál es la diferenciación entre causas y efectos. Primero le he introducido los efectos, inadvertidamente sigo un guion al revés, espero que su Realeza sepa perdonármelo. Claramente, la exposición debería haber comenzado con las causas; es decir, los responsables de ese exterminio y de la crueldad institucional nacionalsocialista, son los siguientes trúhanes: Hitler, Mussolini, Franco -entronizador, nuevamente, de la Dinastía Borbónica, con su padre Juan Carlos I-, y Serrano Suñer; individuos éstos que se desentendieron de nuestros compatriotas, dejándolos a los pies de los caballos de sus verdugos.
Estas personas españolas recibieron el apelativo de rostspanier (rojos españoles). En Mauthausen llevaron primero cosido en sus harapos de prisioneros el triángulo rojo invertido (izquierdistas, marxistas, opositores); después sustituido por otro de color azul al considerar las autoridades franquistas que eran apátridas; es decir: la antiespaña.

No estaría demás, que se quedará con el siguiente dato: alrededor de 35.000 españoles republicanos fundamentalmente en Francia, sin olvidar la Unión Soviética, siguieron combatiendo en la II Guerra Mundial, de batalla en batalla hasta el triunfo final.
Tuvimos que esperar, la friolera de 81 años (1939-2020), para reconocer su sacrificio humano y militar. Fue un 5 de mayo de 2020, coincidiendo con el aniversario de la Liberación del Campo de Mauthausen (1945), un Gobierno Español Progresista instituyera un día de homenaje para las víctimas españolas del Fascismo y el Nazismo. ¡Qué baldón, qué vergüenza para la Democracia de nuestro país, y para su "máxima representación" como Jefe del Estado del campechano Rey Juan Carlos I, no elegido por la voluntad popular, libremente expresada, si no designado digitalmente por el Dictador!
Estimado Rey, Felipe VI, era necesario que, por una vez, se comiera usted algún sapo, bien acompañado de numerosas banderas republicanas adornando "su paseíllo". Seguramente, la cosa no irá a mayores. Estoy completamente convencido que cuenta usted con eminentes gastroenterólogos, que tratarán esta patología pasajera con una recuperación de su trastorno "ad integrum".
Otra cuestión es la de millones de españoles, por cierto, imagino que, ya reconocidos por usted como ciudadanos y compatriotas de pleno derecho, que se han hartado de deglutir sapos, uno a uno, sin guarnición alguna, desde los remotos tiempos del referéndum de 1947 y otras "insignes consultas" que lo siguieron.
Además, embuchamos la nunca bien ponderada sucesión de su papá en 1969. Después segundos platos de batracios servidos, con mesa y mantel, por la Transición, Constitución y "Democracia Consolidada". La carta remata con un postre exquisito: la abdicación de JuanCar, y su estampida a Emiratos Árabes Unidos. Un "castigo" inmerecido para un anciano –otro “abuelito de Heidi”-, por otra parte, inviolable e inmune a la Justicia Terrenal en su pletórica figura constitucional, ¡ahí es “na”! de benefactor y salvador de la Patria 23-F incluido.
Me va usted a disculpar, reflexione su Magnificencia, por un momento, y saque a airear su amor filiar para con la senil celebridad de su progenitor. ¡Apiádese de él, con el calor que debe azotar esa tierra desértica y poblada de infieles!
Ahora, si no le importa, déjeme explayarme con el dolor, el miedo y la represión padecidos por todos aquellos que, durante la Guerra Civil; la pasmosa, represiva, sanguinaria y hambrienta postguerra; ítem más la larga noche de la Dictadura sufrieron la aflicción de una dieta harto indigesta que nos istró, en todos los ámbitos civiles de la vida, militares, religiosos, económicos y sociales de un Sistema Político deleznable, repleto de una troupe de impresentables, violadores de los Derechos Humanos y beneficiarios de las prebendas que emanaban de un poder totalitario, autocrático y corrupto. ¡Manada de mangantes!
Nos servían un menú profuso y dañino plagado de alimentos podridos que no se los deseo a nadie. Bueno sí, va a ser inevitable, si todo va bien, para la caterva de nostálgicos franquistas irredentos y soberbios vulneradores y quebrantadores de la Ley de Memoria Histórica Democrática, al margen de la Memoria Histórica que asienta en nuestros hipocampos, que cuán caballitos de mar siguen manteniendo su singladura por las procelosas aguas de la tiranía franquista y su, hasta ahora, inmunidad ignominiosa.
Deglutimos todo a pulmón, todo a pulmón. Tengo 66 años y la dieta de anfibios me ha provocado gastritis crónica y dispepsia incoercible de mi pensamiento crítico.
Por cierto, Don Felipe, ¿cuándo le van a preguntar a usted lo que opina sobre un "personaje histórico" denominado Francisco Franco?, ¿y del Régimen Político que pastoreaba? La opinión de su papá ya la sabemos, y es "chiripitiflaútica"; ¿y la suya?
Es una pena, que nos haya abandonado Victoria Prego, una cualificadísima entrevistadora, cuyo trabajo hagiográfico sobre su regia persona, hubiera estado fuera de cualquier duda u omisión sobre esta delicada cuestión y otras que, su magnífica Majestad, no ha tenido a bien despejarnos, con la sabiduría consustancial, su encanto proverbial y a su diáfana claridad expositiva, acompañada esta última por la inapreciable pericia profesional de su amada esposa la Reina no consorte; es decir; con suerte, y con mando en plaza-La Zarzuela-, Doña Letizia Ortiz. ¡Coño, ahora que me doy cuenta, en mi país tenemos póker de reyes; a saber: dos fetenes y dos eméritos como la Legio Romana asentada en Mérida!
Completan la alineación de tan singular y peculiar Casa Real dos princesitas: Doña Leonor, Princesa de Asturias, con 20 primaveras heredera al Trono, por ser quién es, primogénita y llamada por la Providencia a desempeñar la más Alta Magistratura de España como Reina y Señora; además, creo recordar, comandante en jefe de Ejército Español- ¿incluye, dicha Jefatura, sea de paso, a la vistosa cabra de la Legión? -. Doña Leonor, futura Reina, ahora embarcada en el Buque Escuela Juan Sebastián Elcano. Leonor, Señora, le queda a usted más mili que al palo de la bandera, pero bueno hay que hacer un sacrificio para bien de España y los españoles, que son muy españoles y mucho españoles, al margen de la verdad indeclinable; abro comillas: “de que es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde". (Rajoy dixit, todo claro). Por cierto, como en el Ejército Español le va todo de fábula; ¿no habrá, por casualidad, pensado en reengancharse, cual oficial chusquero?
Su hermana, la menor, de nombre Sofía, con 18 añitos, se dedica a sus estudios de Bachillerato Internacional en Gales y a sobrellevar su adolescencia, no estando llamada a la hipérbole del juego parlamentario y diplomático. Sofía, Infanta, si hay un sitio en Gran Bretaña dónde el Rugby se considera casi una religión, en la Tierra del Dragón Rojo. ¡Practique usted, practique el deporte oval, que 74.000 libras esterlinas- 82.700 euracos por los dos Cursos-, dan para mucho! Mire usted bien, que los placajes y los maules son muy frecuentes en la política patria. Su suerte está echada, vivir su vida sin responsabilidad política alguna. Una suerte, diga usted que sí; que le quiten lo “bailao” y disfrute del azar de ser segundona y afirme con decisión: ¡qué le vamos a hacer, viene siempre bien tener banquillo y fondo de armario!
Una última pregunta para el Rey, Don Felipe VI: ¿va seguir usted yendo, cada agosto, a París para ver de cerca lo que significó la lucha de republicanos españoles en la liberación de Paris, y su irable combatividad contra el nazismo en Francia? Otros sapitos. No le importe, sus Casas Civil y Militar le convencerán de que son "ancas de rana". ¡Hasta luego, cocodrilo!