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domingo. 25.05.2025
TRIBUNA GEOPOLÍTICA

¿Por qué Rusia está vetada en Eurovisión y no Israel? (una doble vara de medir que divide a Europa)

Que Israel no haya recibido el mismo trato que Rusia se explica, en parte, por la distinta percepción internacional de ambos conflictos.

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Desde la invasión de Ucrania en 2022, Rusia fue excluida del Festival de Eurovisión y de la propia Unión Europea de Radiodifusión (UER), el organismo organizador del certamen. Sin embargo, tres años después, Israel sigue compitiendo en el festival a pesar de la creciente polémica internacional como reacción a su ofensiva militar en Gaza, una disparidad de trato que ha reabierto el debate sobre los criterios de la UER por lo que, a todas luces, parece una doble vara de medir.

La expulsión de Rusia del neutralidad política, se vio obligada a actuar, argumentando que la presencia rusa podría «desacreditar la competición» y «comprometer sus valores». Como consecuencia, desde entonces, las emisoras públicas rusas dejaron de ser activos de la UER, lo que ha imposibilitado su regreso a Eurovisión mientras no se revierta esa situación.

La invasión rusa de Ucrania fue condenada de forma casi unánime por los gobiernos europeos y provocó sanciones diplomáticas, económicas y culturales a gran escala

Sin embargo, en contraste, Israel ha seguido participando en Eurovisión en 2024 y 2025 a pesar de las protestas internacionales por sus operaciones militares en Gaza

¿Doble rasero o contexto diferente?

En primer lugar, aclaremos por qué Israel participa en Eurovisión si no pertenece a Europa. Aunque geográficamente Israel no forme parte de Europa, su presencia en Eurovisión se debe a que es miembro activo de la Unión Europea de Radiodifusión, la organización responsable del festival. Aclaremos que la pertenencia a esta organización no depende de la ubicación geográfica, sino de la filiación a esta entidad.

Israel es miembro desde 1957 y, por tanto, tiene pleno derecho a concursar, al igual que otros países fuera de Europa —como Australia o Azerbaiyán, que igualmente participan por la misma razón. 

Para Israel, Eurovisión es una plataforma de proyección internacional, una forma de mostrar una imagen de país moderno y culturalmente integrado en el contexto occidental, lo que convierte su presencia en una herramienta de diplomacia blanda más que en una cuestión geográfica.

En el caso de Israel, aunque exista una fuerte presión social y numerosas críticas, la comunidad internacional está mucho más dividida ya que muchos países europeos mantienen relaciones diplomáticas y comerciales con Tel Aviv

Treinta años después de su debut en el festival, Israel sigue siendo miembro pleno de la UER a través de la Corporación de Radiodifusión Israelí, y por tanto tiene derecho a competir. Hasta ahora, la UER ha evitado tomar medidas sancionadoras, insistiendo en que el Festival de Eurovisión es un evento cultural y no político.

¿Por qué entonces la diferencia de trato? 

Que Israel no haya recibido el mismo trato que Rusia se explica, en parte, por la distinta percepción internacional de ambos conflictos. La invasión rusa de Ucrania fue condenada de forma casi unánime por los gobiernos europeos y provocó sanciones diplomáticas, económicas y culturales a gran escala. Sin embargo, en el caso de Israel, aunque exista una fuerte presión social y numerosas críticas, la comunidad internacional está mucho más dividida ya que muchos países europeos mantienen relaciones diplomáticas y comerciales con Tel Aviv, lo que condiciona que su respuesta institucional sea más moderada. 

Para muchos espectadores, la diferencia entre cómo se ha tratado a Rusia y a Israel plantea una pregunta incómoda: ¿hasta qué punto Eurovisión puede (o debe) ignorar el contexto político de sus participantes? 

La diferencia de trato entre Rusia e Israel pone en evidencia un doble rasero que cuestiona seriamente la neutralidad del festival. Cuando Rusia invadió Ucrania, fue rápidamente expulsada de Eurovisión con el argumento de que sus acciones eran incompatibles con los valores del certamen. Sin embargo, en 2024, Israel participó en plena ofensiva militar sobre Gaza (con miles de muertos, acusaciones de crímenes de guerra y una tragedia humanitaria en curso), y pese a ello no solo no fue excluido, sino que fue aclamada al quedar en la segunda posición en el televoto.

Si bien el festival se construye sobre principios como la paz, la diversidad y la unidad, si estos valores se aplican selectivamente, entonces dejan de ser principios y se convierten en discursos vacíos

Esto plantea una contradicción profunda: ¿puede Eurovisión pretender ser un espacio apolítico e imparcial cuando sus decisiones —y omisiones— tienen consecuencias políticas directas? 

Si bien el festival se construye sobre principios como la paz, la diversidad y la unidad, si estos valores se aplican selectivamente, entonces dejan de ser principios y se convierten en discursos vacíos. Aceptar a unos países y vetar a otros en función de alineamientos geopolíticos o intereses mediáticos, socava la credibilidad del certamen y revela que la pretendida neutralidad cultural no es tal. 

Si el espectáculo se impone siempre al contexto, si el show debe continuar incluso sobre el dolor de miles, entonces ya no es solo entretenimiento sino complicidad por omisión. 

¿Por qué Rusia está vetada en Eurovisión y no Israel? (una doble vara de medir que...