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jueves. 29.05.2025
ANÁLISIS DE DISCURSO

La primera pedrada de Donald Trump

Las deportaciones masivas de inmigrantes provenientes de diversas naciones como México, Honduras, Guatemala, Brasil y Colombia no se hicieron esperar. 

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James Fernández Cardozo

Donald Trump ha comenzado a ejecutar lo que el pueblo norteamericano avaló en las elecciones: América para los americanos. Esto se traduce, en primer lugar, en la expulsión de migrantes considerados indocumentados y, en segundo lugar, en la imposición de un nacionalismo económico autoritario al mundo. Las deportaciones masivas de inmigrantes provenientes de diversas naciones como México, Honduras, Guatemala, Brasil y Colombia no se hicieron esperar. 

Estas acciones representan la continuación de un proceso de deportación que, en istraciones anteriores, los gobiernos norteamericanos habían llevado a cabo con relativa calma y dosificación. Sin embargo, Trump ha convertido las deportaciones en un espectáculo, un "circo romano", donde los afectados son ingresados a aeronaves en buses, esposados de pies y manos, y sometidos a maltratos. Esto constituye una violación elemental de los derechos humanos en una nación que históricamente se ha definido como defensora de los derechos civiles.

Trump ha convertido las deportaciones en un espectáculo, un "circo romano", donde los afectados son ingresados a aeronaves en buses, esposados de pies y manos, y sometidos a maltratos

La reacción inicial de los países latinoamericanos fue de aceptación silenciosa. Sin embargo, la primera crítica abierta provino del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien lamentó que estas deportaciones constituían una humillación para sus connacionales. La falta de una respuesta más contundente en esta etapa inicial evidenciaba la dependencia de muchos países de la región hacia Estados Unidos.

El episodio que marcó un punto de inflexión hacia el futuro lo protagonizó Colombia, cuyo presidente, Gustavo Petro, respondió de manera inesperada. Motivado por la inminente llegada de dos vuelos militares procedentes de Estados Unidos que transportaban deportados colombianos y alentado por la postura crítica de Lula da Silva, Petro optó por una ruta arriesgada que muchos calificaron de imprudente. En una decisión tomada sin consultar a su equipo diplomático, Petro, durante la madrugada, decidió enfrentarse discursivamente al gobierno de Trump. En un mensaje cargado de retórica romántica, se presentó como un defensor de la dignidad latinoamericana, comparándose incluso con Aureliano Buendía, el legendario personaje de Cien años de soledad. Aunque su intención era noble, el presidente colombiano ignoró los riesgos de una posible ruptura de las relaciones bilaterales con Estados Unidos, un país del que Colombia depende profundamente en términos económicos.

Trump declaró que Estados Unidos había recuperado el respeto internacional y advirtió que cualquier país que se opusiera a sus intereses económicos enfrentaría consecuencias, especialmente en materia de aranceles

La respuesta de Donald Trump fue inmediata y previsible. Como es habitual en sus reacciones, recurrió a Twitter para descalificar las declaraciones de Petro y anunciar represalias. Ordenó el cierre de la oficina de visados en Colombia y la imposición de aranceles progresivos sobre productos colombianos. Por su parte, Petro, en un acto igualmente impulsivo, anunció la imposición de aranceles a productos estadounidenses y lanzó una política nacional de sustitución de importaciones. Aunque estas medidas buscaban mostrar firmeza, generaron incertidumbre económica en ambos países.

Fue gracias a negociaciones diplomáticas —algunas secretas y otras más o menos públicas— en las que participaron líderes políticos y empresariales de ambos países, que se logró resolver la crisis. Finalmente, la Casa Blanca emitió un escueto comunicado anunciando que Colombia había aceptado los términos impuestos por el gobierno norteamericano respecto a las deportaciones. Aunque las intenciones de Petro eran loables, el procedimiento seguido resultó catastrófico para su imagen como estadista y dejó a Colombia en una posición vulnerable.

China observa los acontecimientos con interés, viendo una oportunidad para ampliar su influencia en la región. Este aislamiento progresivo de la economía norteamericana puede tener consecuencias a largo plazo

En una rueda de prensa posterior, Trump declaró que Estados Unidos había recuperado el respeto internacional y advirtió que cualquier país que se opusiera a sus intereses económicos enfrentaría consecuencias, especialmente en materia de aranceles. Este episodio marca un precedente: la "primera pedrada" de Trump se convirtió en una advertencia para quienes se atrevan a desafiarlo. 

América Latina, sin embargo, comienza a buscar alternativas. Países de la región consideran opciones como alianzas con los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) o acuerdos unilaterales con otras potencias emergentes. Desde la distancia, China observa los acontecimientos con interés, viendo una oportunidad para ampliar su influencia en la región. Este aislamiento progresivo de la economía norteamericana puede tener consecuencias a largo plazo.

Internamente, las políticas de Trump también comienzan a generar tensiones. Su enfoque autoritario y su desprecio por los derechos humanos vulneraron los principios históricos de Estados Unidos como defensor de los derechos civiles. La "primera piedra" tirada por Trump podría, eventualmente, atraer reacciones de una sociedad que se ha caracterizado por defender su identidad democrática y pluralista. 

Las piedras lanzadas al aire, como bien dice el dicho, pueden regresar.


James Fernández Cardozo - PhD Análisis del Discurso 

La primera pedrada de Donald Trump