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miércoles. 28.05.2025
ANÁLISIS DEL DISCURSO

Del Tercer Estado de Sieyès, a la Casa Blanca de Trump

Argumenta que el Tercer Estado es la esencia misma de la nación, empero denuncia cómo esta mayoría ha sido históricamente oprimida y marginada por una minoría privilegiada.
Sesión de apertura de los Estados generales de 1789, el 5 de mayo, en Versalles, según pintura de Auguste Couder.
Sesión de apertura -en Versalles- de los Estados generales, el 5 de mayo del 1789. Pintura de Auguste Couder | Wikipedia

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James Fernández Cardozo

En enero de 1789, Emmanuel-Joseph Sieyès publicó el panfleto: 'monopolizan el poder político y los recursos económicos.

  1. El eco de Sieyès en el discurso de Trump
  2. Promesa de un cambio radical y regeneración
  3. Promesa de prosperidad

Sieyès rechaza el sistema feudal y los privilegios heredados, calificándolos como obstáculos para la igualdad y la justicia. Propone, en cambio, un nuevo contrato social basado en la soberanía popular, donde el Tercer Estado, que representa la verdadera fuerza productiva del país, asuma el control político y económico. Este llamado revolucionario marcó una ruptura con el Antiguo Régimen y sentó las bases para la modernidad política, al defender principios como la igualdad, la representación democrática y la eliminación de los privilegios.

La pregunta de Sieyès "¿Qué es el Tercer Estado?" sigue siendo relevante: es todo aquello que, a través de la acción colectiva, tiene el poder de cambiar el curso de la historia

El impacto del panfleto de Sieyès trascendió las fronteras de Francia, inspirando movimientos políticos en todo el mundo. Su propuesta no solo fue un grito de guerra contra las desigualdades de su tiempo, sino que también estableció un marco teórico para entender el poder del pueblo como el motor de la transformación social. Este legado permanece vigente aún hoy en discursos políticos que, aunque adaptados a sus contextos, comparten la esencia de su mensaje, la del pueblo como protagonista del cambio.

El eco de Sieyès en el discurso de Trump

Más de dos siglos después, el discurso de investidura de Donald Trump en 2025, y la ejecución inicial de sus promesas, presenta sorprendentes paralelismos con las ideas de Sieyès. Aunque ambos líderes operan en contextos históricos y políticos radicalmente diferentes, comparten un núcleo ideológico: la denuncia del privilegio, la afirmación de una nueva soberanía y la promesa de un cambio profundo hacia un futuro más justo y próspero. 

Para Sieyès, la nobleza y el clero eran una carga parasitaria que explotaba al Tercer Estado mientras se beneficiaba de privilegios injustos. Su llamado a eliminar estas estructuras opresoras fue una de las bases de su propuesta revolucionaria. De manera similar, Trump critica al "establishment radical y corrupto", al que acusa de haberse enriquecido a costa de los ciudadanos comunes. En su trasegar discursivo, promete desmantelar los privilegios de las élites políticas y económicas, devolviendo el poder al pueblo. Ambos discursos comparten un rechazo frontal a los sistemas de privilegio que perpetúan las desigualdades.

Capitolio para la toma de posesión de Trump
Toma de posesión de Donald Trump

Sieyès sostiene que la soberanía reside en la nación, y que esta debe ser ejercida por el Tercer Estado, la mayoría marginada que verdaderamente sostiene a Francia. Trump, por su parte, retoma esta idea al afirmar que su mandato representa un retorno al poder global del pueblo estadounidense. Enfatiza que su gobierno devolverá la soberanía y la democracia, alejándose de las élites que, según él, han traicionado esos principios. 

Promesa de un cambio radical y regeneración

Ambos discursos comparten un compromiso con la transformación profunda. Sieyès aboga por una revolución que elimine las estructuras feudales y construya un sistema basado en la igualdad y la justicia. Por su parte, Trump declara el inicio de una "era dorada", prometiendo reformar el gobierno, revitalizar la economía y transformar la sociedad, con la meta de recuperar la grandeza de Estados Unidos, inspirado en la doctrina del destino manifiesto. 

En este contexto, Trump viene implementando medidas radicales para cumplir con estas promesas: reformas económicas centradas en la imposición de aranceles proteccionistas para revitalizar la manufactura nacional, políticas de inmigración que incluyeron la declaración de una emergencia nacional en la frontera sur, y deportaciones indiscriminadas. Además, viene agenciando una visión tradicionalista mediante restricciones a la enseñanza de teorías críticas de género y raza, consolidando valores conservadores.

La unidad nacional es un tema central en ambos discursos. Sieyès propone unificar a Francia eliminando las divisiones entre órdenes y centrando el poder en el interés común del Tercer Estado, que representa a la mayoría de la población. Trump también apela a la unidad, y para lograrla, promovió un discurso patriótico bajo el lema "America First", enfatizando los intereses nacionales frente a las amenazas externas, como China o la inmigración ilegal. Mediante multitudinarios mítines, consolidó la narrativa de una "mayoría silenciosa" que debía recuperar el control de la nación. Sin embargo, esta noción de unidad en Trump ha resultado polarizadora, ya que viene intensificando las divisiones internas entre sectores conservadores y progresistas.

Para Sieyès, la regeneración de Francia debía basarse en los principios de igualdad, justicia y racionalidad, eliminando los privilegios y construyendo un sistema legítimo. De manera similar, Trump ha prometido restaurar la integridad y la competencia en el gobierno, eliminando la corrupción y revitalizando los valores tradicionales estadounidenses. Pero el pueblo norteamericano viene reaccionando negativamente a la inclusión de magnates como Elon Musk en el manejo de la cosa pública, al buscar intervenir en agencias que controlan sus empresas, y la degradación de los derechos civiles, emblema de la cultura estadounidense.

Sieyès critica el sistema feudal y los privilegios heredados, señalándolos como las principales causas de las desigualdades de su tiempo. Trump, de manera análoga, condena las políticas de istraciones pasadas, a las que acusa de traicionar al pueblo y permitir la decadencia de la nación. Ambos líderes identifican al pasado como un obstáculo que debe ser superado para alcanzar un futuro más justo.

Promesa de prosperidad

Finalmente, tanto Sieyès como Trump visualizan un futuro próspero para sus naciones. Sieyès imagina a un Tercer Estado libre de privilegios, capaz de prosperar a través de su propio esfuerzo y mérito. Trump, por su parte, promete un futuro donde Estados Unidos será más próspero y excepcional que nunca, recuperando su lugar como líder global. En ambos casos, la prosperidad se presenta como una recompensa al esfuerzo colectivo del pueblo.

Aunque los discursos de Sieyès y Trump se desarrollan en contextos históricos radicalmente diferentes, comparten una visión esencial: el poder del pueblo como motor de transformación. Sieyès, en el contexto de la Revolución sa, y Trump, bajo tácticas populistas, en un Estados Unidos polarizado y en busca de renovación, identifican a las mayorías marginadas como el núcleo de sus proyectos políticos. Ambos denuncian los privilegios de las élites, afirman la soberanía popular y prometen un futuro de unidad, regeneración y prosperidad. Estas semejanzas evidencian la vigencia de las ideas de Sieyès y su capacidad para inspirar discursos políticos contemporáneos, adaptándose a nuevas realidades, pero conservando su esencia transformadora o restauradora. 

En el fondo, la pregunta de Sieyès —¿Qué es el Tercer Estado? — sigue siendo relevante: es todo aquello que, a través de la acción colectiva, tiene el poder de cambiar el curso de la historia.


James Fernández Cardozo | Dóctor en Filosofía y Analista de Discurso 

Del Tercer Estado de Sieyès, a la Casa Blanca de Trump