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domingo. 25.05.2025
HISTORIA DE LA MASONERÍA

Sobre la prensa masónica

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@Montagut |

La Masonería española participó, de forma indudable del interés de todo tipo de organizaciones durante el siglo XIX por contar con publicaciones periódicas, tanto para el funcionamiento interno de las Obediencias y logias, como vehículo de intercambio de ideas y planteamientos estableciendo filtros a través de las suscripciones, ya que no se distribuían siguiendo los canales clásicos de las publicaciones periódicas de la época.

En realidad, no se pretendía llegar al público en general, sino que el objetivo eran los propios masones, así como aquellos ciudadanos que sintiesen la necesidad de conocer la masonería, ya fuera con el interés de iniciarse, ya porque compartían temas y cuestiones que no eran solamente patrimonio de la misma pero que formaban parte de formas semejantes de ver o entender la vida, y, en general, teniendo que ver con posiciones que calificaríamos de progresistas (emancipación de la mujer, cuestión social u obrera, pena de muerte, esclavitud, laicismo, etc.) frente a las más tradicionales, impregnadas, por lo demás, y en España, de planteamientos religiosos. Así pues, proliferarían los boletines, los periódicos y las revistas, así como folletos y opúsculos.

En todo caso, a pesar del evidente interés de los masones españoles por publicar no fue fácil porque a las dificultades propias de todas las publicaciones y que tendrían que ver, en muchos casos, con su financiación, estamos hablando de una prensa muy hostigada como la propia masonería por los sectores ideológicos, políticos y religiosos de signo integrista, pero también sencillamente conservadores, cuando no del poder directamente en algunas ocasiones y períodos.

En este sentido, el aire de libertad que trajo la Revolución Gloriosa de 1868, y el inicio del Sexenio conocido como Democrático o Revolucionario, se reflejó en un verdadero triunfo de la libertad de imprenta, y eso se hizo extensible al ámbito de las publicaciones masónicas. Ese clima favorable estuvo vigente durante el reinado de Amadeo de Saboya y durante gran parte de la efímera Primera República, pero se trastocó ya en el período final de Castelar, con la Dictadura de Serrano y en los inicios de la Restauración canovista porque fueron momentos de fuertes restricciones y censuras.

La llegada de Sagasta al poder, precisamente un hermano masón, posibilitaría, junto con otras disposiciones liberalizadoras en otros ámbitos, un regreso a la libertad de prensa, y eso favoreció, lógicamente a las publicaciones masónicas.

La prensa masónica tuvo limitaciones. En primer lugar, por la idea masónica de no influir de forma institucional en la opinión pública, de hacer demandas en un sentido u otro político, social, económico o cultural. Pero, es evidente que en la misma se vertían opiniones, ideas y planteamientos que, en realidad, por el hecho de publicarse influían en los lectores, y muchos de ellos tenían responsabilidades o protagonismos evidentes en todos los campos, pero, sin olvidar nunca que hablaríamos de minorías o élites. Por otro lado, es importante destacar que, aunque en la prensa masónica podrían aparecer distintas visiones los lectores, especialmente, si eran masones, sabían claramente que dicha prensa difundía unos principios que todos conocían bien y que compartían, algo que no ocurría con la prensa profana, porque, aunque la de tipo político estaba muy marcada en un sentido u otro, era más heterogénea y también en sus contenidos.

Por todo ello, es indiscutible que la prensa masónica constituye una fuente fundamental para los historiadores y para los interesados con el fin de conocer cómo fue la masonería española desde el Sexenio Democrático hasta el estallido de la Guerra Civil, es decir, en su mejor época. Y lo es porque en la misma podemos conocer aspectos organizativos internos, el pensamiento de las autoridades de las distintas obediencias o de otros masones, y, por fin, por la multitud de noticias de tipo informativo tanto de la propia masonería española como de la extranjera. Pero también lo es porque, en ocasiones, puede ser la única o casi la única fuente con la que se cuenta para el estudio de la masonería.

Sobre la prensa masónica